La clave de las ensaladas chinas está en la salsa que se utiliza, la llamada salsa blanca. He encontrado múltiples versiones por Internet, pero pocas dan en la clave del ingrediente principal, el que le da ese sabor peculiar. Sé que en Europa y América el ingrediente es poco conocido por el consumidor normal, pero se utiliza mucho en la industria alimenticia en todo el mundo. En Japón se conoce por Aji-no-moto, “sazonador Umami”. En el resto del mundo por Glutamato monosódico, E621 o “potenciador del sabor”. Basta con fijarnos en la etiqueta de cualquier producto comercial para darnos cuenta cuanto de utiliza.
La primera pregunta que nos hacemos puede ser ¿es malo?. Es difícil de contestar. En primer lugar me gustaría insistir en que TODO EN EXCESO ES PERJUDICIAL. Cualquier alimento o ingrediente que se consuma en exceso puede terminar siendo perjudicial para nuestra salud. Éste producto es un tipo de sal, y la sal en exceso no es buena para nuestro organismo. Por supuesto es un producto que tiene tanto detractores como entusiastas, con estudios tanto a favor como en contra, pero hoy día ¿qué cosa no los tiene?. Yo siempre defiendo que la alimentación tiene que ser rica, variada y equilibrada. Aunque hay situaciones en que debemos evitar determinados alimentos, ya sea por problemas de salud, por razones de creencias o culturales, por evitar o paliar el sobrepeso o sencillamente por nuestro estilo de vida. Hay que respetarlo todo.
Yo en éste caso no soy ni defensor ni detractor, sencillamente me limito a indicar que es, como se utiliza y recordar que éste ingrediente (como muchos ingredientes de la cocina de hoy día) no se debe de utilizar en exceso. Yo lo utilizo (como hacen los orientales) en la salsa para ensaladas chinas y quedan perfectas, idénticas a las de los restaurantes chinos. Es el truco (que no es conocido y no quieren decírtelo en los restaurantes)
Respecto a que es lo que hace, es muy curioso. Tradicionalmente conocemos cuatro sabores básicos : dulce, ácido, amargo y salado…pero resulta que se descubrió que hay otro mas…el umami. Pues sí, resulta que hay cinco. Umami viene del japonés (うま味) y es un vocablo que significa sabroso. Aunque en realidad tiene mucha historia, fue identificado como tal a principios del siglo XX por el Dr. Kikunae Ikeda. Umami es un sabor sutil pero de regusto prolongado y difícil de describir. Muchos de los alimentos que podemos consumir a diario son ricos en umami: pescados, mariscos, carne curada, champiñones, tomates, col china, etc. El jamón ibérico tiene también sabor umami.
¿Es difícil de conseguir? Pues curiosamente no. En la mayorías de tiendas de especias y condimentos los hay. Yo lo compro en una que hay en un mercado cercano. En algunas grandes superficies también lo hay (de la marca Aji-no-moto). Yo lo compro a granel y es bastante barato. Lo podeis pedir como sazonador umami o como glutamato monosódico.
Bueno, la introducción de hoy ha sido más larga de lo habitual, pero creo que merecía la pena saber que es el umami.
Vamos a por las recetas. Tienen el sabor original pero las he adaptado para que sean ligeras.
Salsa para ensalada china (salsa blanca)
Ingredientes:
-100ml de vinagre de manzana (medio vaso)
-3 cucharadas soperas de edulcorante líquido (el que más os guste)
-Una cucharadita de ajinomoto (sazonador umami o glutamato monosódico) (si no lo tenéis no pasa nada, aunque es lo que le da ese sabor especial)
-Dos cucharaditas de sal
-Una cucharada sopera de aceite de semillas (el de oliva no va bien pues tiene un sabor más fuerte y el resultado no sería el esperado)
-2 cucharadas de yogur desnatado (puede ser de soja light)
-100ml de agua (medio vaso)
Quiero aclararos algo de los ingredientes.
En la receta original se utiliza de vinagre de arroz en mayor cantidad. He preferido utilizar vinagre de manzana por sus cualidades drenantes (que viene bien si estás a dieta) y por la facilidad de encontrarlo. Si tenéis vinagre de arroz, utilizad 200ml en vez de 100ml y no se añade agua en éste caso.
También en la receta original se utiliza bastante azúcar (en las proporciones que os doy llevaría medio vaso, que sería una bomba calórica). Lo he sustituido por edulcorante líquido.
Tengo que añadir yogur, ya que al utilizar muy poco aceite (en la receta original llevaría medio vaso) necesito un ingrediente que me emulsione la salsa y le de la textura adecuada.
Con respecto al aceite, si estáis a dieta y queréis utilizar algo que os ayude, lo ideal es el aceite de semillas de uva. Ofrece múltiples beneficios para la salud. Lo encontraréis en casi todas herboristerías (ojo no confundirlo con uno que es cosmético ).
Una vez tengamos todos los ingredientes, el procedimiento es muy sencillo
Ponemos todos los ingredientes en el vaso de la batidora…
Batirlos durante 2 minutos, hasta que la salsa tome una textura densa y blanquecina. Después hay que dejarla reposar al menos media hora en la nevera antes de utilizarla (lo ideal seria un par de horas).
Ponemos los ingredientes de la ensalada a nuestro gusto (lechuga, jamón cocido, brotes de soja, etc) .
Servimos sobre ellos las salsa….y listo
Espero que os haya gustado. Iré subiendo mas tipos de salsas orientales adaptadas para aumentar el elenco de posibilidades.
Si tenéis alguna duda o sugerencia no dudéis en contactar conmigo. Podéis hacerlo desde el blog, através de las redes sociales (incluido youtube) o al correo pacomerligero@gmail.com.
Aquí os dejo la video-receta
Como siempre cuento con la inestimable ayuda de Lina Barragán
Nos vemos en la próxima receta.
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