Los libros de historia de la gastronomía no recogen este evento, quizás por ser único en su especie, quizás por intrascendente. Pero yo escuché hablar de él.
Se presentaron miles de campesinos con sus hierbas, llegaron de todos los pueblos a contar como tal o cual condimento les había arruinado un plato. Una a una fueron siendo eliminadas hasta que se conformó un podio: tomillo, romero y, en primer lugar, ORÉGANO seco.
El jurado deliberó cuatro días completos sobre si el premio mayor lo merecía el romero, que traiciona en su forma fresca y y seca, o el gran creador de comidas mal condimentadas: el orégano seco. Hubo fumata. Ganó este último.
El orégano es la hierba más traicionera del mundo. Es rico, riquísimo. Otorga un carácter fantástico a las comidas. Gran amigo del tomate y de la cocina mediterránea en general e italiana en particular. Pero tenés que saber usarlo. Porque si te pasás, si te pasás al menos un poquito con el orégano, un poquitín así, tu comida sabrá solo a orégano.
El orégano es una hierba narcisista, a la mínima oportunidad, se transforma en estrella y opaca al resto de ingredientes.
Es por eso que cuando vi que esta salsa para pasta tenía orégano, dudé en hacerla.
O sea: si la salsa para pasta es de tomate, si es un tuco, juego de local. Pero, ¿una salsa de crema con orégano?
Lo dudé muchísimo, hacía rato que no me visitaba el fantasmón del orégano.
Finalmente decidí hacerla. Y, ¿saben qué? quedó buenísima. Una salsa para pasta suave, cremosa, con protagonismo absoluto de la cebolla de verdeo.
Un cachetazo de humildad para vos, orégano.
sobre esta salsa para pasta de crema de verdeo
Como dije antes, se trata de una salsa suave. No es una salsa para pasta de esas con abundante crema. De hecho, si se fijan, lleva apenas 5 cucharadas. O sea: la crema es lo que da suavidad y el vehículo para llevar los otros ingredientes, pero no es la protagonista. Si quieren la salsa con más crema, adelante, yo no voy a retarlos.
¿Qué pastas acompaña bien?
A mí las salsas cremosas me gustan con pasta fresca, ya que la pasta seca en general impregna muy mal la crema. En este caso hice ravioles (eran de ricota y nuez), pero creo que la salsa quedaría genial con fetuccini frescos.
Ingredientes
para 2 personas
1 caja y media de ravioles
1 cebolla
2 cebollas de verdeo (o ajos tiernos, si estás en España)
1 diente de ajo
1 cda. de manteca
1 chorro de vino
1 caldito de verduras (cómo hacer calditos de verdura caseros)
1 cda. de queso rallado
5 cdas. de crema de leche
1 pizca de orégano
Ciboulette picado para decorar
Sal y pimienta
Receta salsa para pasta: ravioles a la crema de verdeo
1. Ir a la casa de pastas a comprar ravioles. Saludar a la vendedora, ser amable, que siempre recompensa en la vida.
2. Cortar la cebolla en medias lunas finas y las cebollas de verdeo en rodajitas pequeñas. Picar el ajo.
3. Rehogar las cebollas y el ajo en la manteca hasta que estén doradas. Agregar el chorrito de vino y dejar evaporar el alcohol un minuto.
4. Retirar del fuego, agregar la crema, el queso rallado, la pizca de orégano (soooolo una pizca eh, que sino ya sabés lo que pasa: invade todo). Unir. Volver a fuego muy lento unos minutos, solo para calentar.
5. Cocer los ravioles como indicó la vendedora de pastas. Hay que hacerles caso a las vendedoras de pasta, saben mucho. Escurrir.
6. Colocar los ravioles calientes dentro de la salsa e integrar.
7. Servir y llover con ciboulette picado.
Y aquí mis ravioles y mi salsa para pasta
mirá que lindo brillito
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