Una sonrisa significa mucho. Enriquece a quien la recibe, sin empobrecer a quien la ofrece. Dura un segundo, pero su recuerdo, a veces, nunca se borra.
Una vez más, en éste cuaderno de bitácora virtual en el que se ha convertido mi blog, he de hablar de mis viajes, de mis vivencias y recuerdos, aunque sea a fuerza de parecerme al queridísimo personaje televisivo de los años 60, nuestro simpatico y querido personaje, llamado Locomotoro, que en el programa de los Chiripitiflauticos solía decir: ?En mis viajes por todo lo largo y ancho de éste mundo???
Me viene a colación por el Mundial de futbol, que como todo el mundo sabe, comienza ésta semana en Brasil y la selección española, la ?roja?, tiene su primer partido en Salvador de Bahia; una zona de Sudamérica que tuve la oportunidad de visitar y conocer en el año 1995.
¿A quién no le gusta viajar? Viajar no sólo nos permite conocer sitios nuevos, lugares maravillosos del mundo y conocer nuevas culturas y una de los detalles que más me fascinan, conocer a personas de otros países, de otros lugares, observar las diferencias que existen en cuanto a la forma de interpretar la vida, lo que nos sucede, como vivimos, siempre influenciados por la cultura que conocemos desde que nacimos.
Viajar, en gran medida nos permite ver que hay muchas formas de interpretar la vida y muchas maneras de conseguir ésa felicidad que todo ser humano anhela. Y por supuesto, gastronómicamente hablando, viajar influye en gran medida en los conocimientos y gustos gastronómicos, como ha ido ocurriendo en mi caso, conforme he ido contactando con las cocinas de los paises que he ido visitando a lo largo de mi vida.
Ingredientes, sabores, texturas....algo de cada lugar se ha ido quedando en Mi cocina.
Me fascina el hecho de que todas las personas que he conocido, que he tratado, en cualquier país que he visitado, guardamos muchísimas características en común, algo que nos une a todos, a cada uno de nosotros y es que intentamos vivir cada día procurando ser felices; cada uno a su manera, dependiendo de la circunstancias más o menos duras, como puede o simplemente como nos han enseñado.
Y a pesar de todas las dificultades y dureza de la vida en muchos lugares del mundo, siempre encuentras una sonrisa?.
En cualquier viaje verás maravillosos paisajes, hermosas y paradisíacas playas, grandes monumentos, increíbles obras de arte?un bello amanecer o una preciosa puesta de sol, pero nada comparable con la sonrisa de un niño.
Esos niños de cualquier parte del mundo, sin importar de qué mundo son, que gozan de algo que sólo se tiene una vez en la vida, la infancia, la inocencia, la esperanza de la humanidad?..esos niños que me regalaron sus sonrisas y que su recuerdo está imborrable en mi corazón.
En el Estado de Bahia, Brasil, en un pequeño poblado, donde el tiempo parecía que se habia detenido....
En Guiza ( a 17 kmts. del Cairo), Egipto, al pie de las Pirámides?
En Amritsar, en Punjab, al Norte de India, en el Templo Dorado, conocido en la India como Harmandir Sahib, lugar Sagrado para los Sijs?
Por los canales de la parte oeste del rio Chao Phraya, los llamados "klongs". Por estos canales es llamada Bangkok, Thailandia, la "Venecia del Este....
Una dulce sonrisa a la vida, a ésa vida que te saluda cada dia con un precioso amanecer, con la inmensidad del mar, con una tranquila puesta de sol; una vida que te saluda con el aroma de una flor, con el abrazo de un ser querido, con la sonrisa de un niño o de alquien que pasa a tu lado y aunque no te conozca te sonrie y te saluda al pasar.
Sonríe?no cuesta nada y te da mucho a cambio.
Y sé feliz mientras cocine, sonría?.influye en el resultado. Yo lo intento; igual Vds. que me visitan lo notan en el resultado final de cada plato que publico.
Como éste solomillo de cerdo, que preparé con whisky, champiñones, pasas, piñones, almendras y mango....un "popurrí" de sabores y olores de otros pueblos, de otras culturas, como siempre en Mi cocina.
¿Cómo lo hice?
Ingredientes:
Solomillo de cerdo (cortado en medallones finos, rectos, al que posteriormente los aplano dándoles algunos golpes, procurando que estén lo más fino posible), una cebolla blanca dulce, tres dientes de ajo, medio vaso de whisky (uso Irlandés de Malta), una cucharada pequeña de concentrado de carne (uso Bovril), medio mango champiñones laminados, un puñado de pasas de uva moscatel malagueñas, un puñado de piñones, un buen puñado de almendras, aceite de oliva virgen extra (a ser posible malagueño sin filtrar), dos hojas de laurel, una ramita de cilantro, sal y diez o doce granos de pimienta negra.
Los pasos a seguir:
Cortar en trozos pequeños la cebolla y los ajos.
Trocear el mango en cuadraditos.
En una cacerola o sartén echar un buen chorreón de aceite de oliva y sofreír (salando previamente) las cebollas y los ajos durante unos minutos, al cristalizar colocar encima los medallones de solomillo y salar al gusto.
Dejar freir unos diez minutos sin dejar de remover a fin de que se doren por todos lados.
Añadir el whisky y dejarlo evaporar.
Diluir la cucharada del concentrado de carne en un vaso de agua y agregarlo a la cazuela.
Echar las hojas de laurel y la pimienta negra.
Dejar cocinar durante unos quince minutos aproximadamente.
Mientras, poner en remojo en agua caliente las almendras durante unos minutos, escurrirlas y pelarlas.
En una sartén con un chorreoncito de aceite freir las almendras con cuidado de que no se quemen (amargarían), en el último minuto agregar los piñones, remover y sacarlos de la sartén escurriendo el aceite, añadiéndolos en la cacerola junto con la carne.
En otra sartén con un pelín de aceite de oliva dorar los champiñones, retirarlos y dorar los trozos de mango.
Echar los champiñones y los trozos de mango en la cazuela al mismo tiempo que las uvas pasas, removiendo por último todo el conjunto.
Dejarlo unos minutos y apartar del fuego.
Para acompañar en ésta ocasión he preparado un delicioso cous cous.
Ingredientes: Un vaso de agua, un vaso de cous cous, dos cucharadas de aceite de oliva, sal, una cucharada de cúrcuma.
Para hacerlo he seguido éstos pasos:
En una cacerola, poner la misma cantidad de agua que de cous-cous (suelo usar un vaso) y llevar a ebullición, una vez caliente echar un chorreón de aceite de oliva virgen extra, salar al gusto y echar una cucharada de cúrcuma, remover.
Cuando comience a hervir añadir el cous cous; éste absorverá rápidamente el agua, por lo que se bajará el fuego, remover bien, probando la sémola.
Si aún no la encuentran tierna, añadir un poco más de agua, retirar inmediatamente del fuego y escurrir bien.
Al emplatar la carne con su salsa, colocar al lado el cous cous, espolvorear generosamente con cilantro picado.
Una curiosidad:
La palabra cúrcuma tiene su origen en la palabra árabe kourkoum (azafrán), ya que ellos creían que la cúrcuma era una variedad del azafrán.
Su sabor es dulzón, con un toque amargo y algo picante, un sabor que suele confundirse con el del jengibre. Se debe emplear en muy pequeñas cantidades, ya que sino amarga demasiado.