Aunque son menos conocidas por los turistas que la ensaimada o la sobrasada, las sopas mallorquinas son el plato tradicional por excelencia. El ingrediente principal de las sopas es la verdura, mucha y variada, pero no hay una receta fija porque se elaboran con verduras de temporada, así que podemos decir que la huerta manda.
El otro ingrediente imprescindible es el pan payés moreno o integral cortado en rebanadas muy finas. Este "pan para sopas" tan finito es difícil cortarlo a mano pero por aquí se puede comprar en cualquier panadería o súpermercado. Fuera de aquí no creo que sea tan fácil encontrarlo y habrá que hacerlo a mano, lo más fino posible.
La característica fundamental de las sopas mallorquinas es que son secas, es un plato que se puede comer con tenedor perfectamente ya que el pan tiene que absorber el caldo de las verduras.
Si las sopas llevan carne se llaman sopas de matanza o sopas de invierno porque tradicionalmente utilizaban carne de cerdo en época de matanza (hoy en día se hacen todo el año), pero principalmente es un plato de verduras. Hoy las he hecho sin carne, de esta manera también es un plato apto para vegetarianos/veganos.
La tradición pide también que se cocinen en olla de barro (greixonera) y se sirvan en la misma cazuela grande o en cazuelitas individuales, siempre de barro. En mi caso prefiero hacer las verduras en una olla grande de acero inoxidable, principalmente por el tamaño que necesito para tantas verduras, pero desde luego las sirvo en barro como manda la tradición mallorquina.
Pues ya te cuento como las he hecho pero como dije al principio, tienes barra libre para hacerlas con las verduras que más te gusten. Y no te cortes, todas son bienvenidas en este plato.
Ingredientes:
- 250 gr. de pan para sopas
- 3 dientes de ajo
- 1 cebolleta grande
- 3 tomates de ramillet
- 1 pimiento rojo
- 2 pimientos verdes
- 1 col
- 1/2 coliflor
- 300 gr. de espinacas
- 3 cucharadas de pimentón
- perejil fresco
- aceite de oliva virgen extra
- sal
Elaboración:
1. Empezamos sofriendo los dientes de ajo picaditos en aceite de oliva. Como es la única grasa que van a llevar ponemos suficiente aceite cubriendo el fondo de la olla. En cuanto los ajos tomen un poco de color añadimos la cebolleta también picada para pocharla.
2. Incorporamos los pimientos en trozos , rallamos los tomates, sazonamos con sal y dejamos hacer el sofrito un ratito, antes de agregar más verdura.
3. Una vez hecho el sofrito añadimos la col troceada, el pimentón y la coliflor en ramitos. Cubrimos con agua y sazonamos de nuevo con sal. Añadimos un buen puñado de perejil fresco picado y tapamos la olla para que se vaya haciendo toda la verdura. Se puede añadir cualquier otra verdura como alcachofas, habas, judías verdes, etc, a tu gusto.
4. Al haber elegido espinacas que tardan muy poco en hacerse, hay que esperar a que el resto de la verdura esté hecha para añadirla. Tapamos de nuevo la cazuela y esperamos unos pocos minutos hasta que la espinaca esté tierna pero lógicamente si no le pones espinacas, este paso no será necesario.
5. Una vez que las verduras estén todas hechas apagamos el fuego y con una espumadera las vamos sacando y colocando en un colador con un plato o fuente debajo para que escurra el caldo, que necesitaremos después.
6. Para hacer las sopas ponemos el pan en el fondo de las cazuelitas (o en cazuela de barro grande) y cubrimos con caldo para que empapen el pan completamente.
7. Por último colocaremos las verduras encima del pan y ya las tenemos listas para comer.
Un plato completísimo y sano a rabiar. Lo bueno de estas sopas es que no sólo se mantienen perfectamente hasta el día siguiente, sino que además están mucho más ricas, así que si sobran disfrutarás el doble.
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