El queso azul posee un fuerte sabor que tiende a ser picante y salado. Contiene cultivos de penicillium que le proporcionan el característico color entre azul y gris verdoso, y su textura es suave, por lo que resulta fácil de untar y fundir. A la salsa que acompaña a estos spaghettis no es necesario añadirle sal ni pimienta.
En cuanto al color negro de esta pasta, como la mayoría sabréis, se consigue añadiendo tinta de sepia, que a penas influye en el sabor pero sí en la estética.
INGREDIENTES:
500 gr. de spaghetti negro
250 gr. de queso azul
1 cucharada de mantequilla
1 cucharada de harina
300 ml. de nata (crema de leche) líquida (crema de leche)
aceite de oliva
sal
ELABORACIÓN:1. Ponemos al fuego una olla con abundante agua, sal y un chorro de aceite. Cuando el agua rompa a hervir añadimos los spaghettis y los cocemos hasta que estén al dente. Es recomendable seguir las instrucciones del fabricante en cuanto al tiempo de cocción.
2. Mientras tanto preparamos la salsa. Echamos la mantequilla en un cazo y lo ponemos al fuego. Cuando empiece a fundirse la mantequilla añadimos la harina removiendo constantemente para que no se formen grumos.
3. Incorporamos también el queso en trocitos y la nata (crema de leche). Seguimos removiendo hasta que el queso se funda completamente y quede una salsa de textura suave y homogénea.
4. Escurrimos los spaghettis como de costumbre (podéis mezclar un poco de mantequilla o aceite antes de servirlos) y vamos a emplatar. En la base del plato colocamos los spaghetti y por encima la salsa, no hace falta poner demasiada ya que con poca cantidad aporta mucho sabor.
¡Buen provecho!!!
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