Taller de Macarons en Viena Capellanes con Francisco Somoza

Hace un mes que me invitaron a este estupendo taller y he podido sacar adelante otras entradas, pero esta se me ha atascado... y mira que me da rabia, porque me lo pasé genial y si no hubiera sido por el detallazo de Ricardo Lence, no me habría visto en otra igual. Así que lo primero es lo primero, agradecerle tanto a él como al resto del equipo de Viena Capellanes la oportunidad que me brindaron.


Fotografía de Ricardo Lence
¿Quién no se ha sentido tentado alguna vez por un macarón? Por sus colores, rellenos originales... o quizá por la diferencia de texturas y su delicadeza.

Si alguna vez no te ha pasado, aunque sea sentir un poquitín de curiosidad, estás muerto por dentro.



Y es que es complicado resistirse a un dulce que, siendo apenas un bocado, lleva tanta elaboración por detrás.

Porque si algo sabemos de los macarons, aparte de que están tremendos, es que son complicadetes, ¿verdad? Si un día te levantas por la mañana dispuesto a hacer macarons, ánimo, porque vas a necesitar más que eso para que te salgan bien.

Toda una bomba calórica, pensada en un principio para alimentar gente enferma o débil podría tener su origen en la conquista árabe, ya que fueron ellos los que introdujeron los dulces a base de almendra en nuestra gastronomía. Una verdadera fuente de energía y oligoelementos concentrada. De hecho, se conocen en Toledo unas pastas similares llamadas "macarrones", a base de azúcar, claras de huevo y almendra molida.

Aunque nosotros lo asociamos a la alta repostería francesa, realmente se tiene constancia de los primeros macarons en Suiza, de la mano de Sprügli.

¿Pero tan complicados son? Pues la verdad es que sí, pero los problemas que puedan surgirte son más fruto de la experiencia que otra cosa. Así se podría resumir el taller que impartió Francisco Somoza en la escuela de cocina de Viena Capellanes el pasado 19 de septiembre.

Somoza, todo un SEÑOR en repostería, nos desveló todos los trucos para que unos macarons salgan perfectos, o casi, porque hay muchos factores que están implicados en el proceso de elaboración de estos dulces. Ahora, se empeñó en quitarnos el miedo y lo consiguió, desmitificando muchos conceptos que se suelen utilizar cuando hablamos de este dulce.

El primero, la base de las "conchas", o las tapitas del macarón. 

No deja de ser un merengue historiado con harina de almendra para que aporte estructura y a la vez jugosidad... empezamos bien, con lo que me cuesta a mí el merengue...

Bien, ¿es necesario usar claras envejecidas? Pues la verdad es que no, se pueden usar claras pasteurizadas, claras separadas en casa sin más, y siguen saliendo bien; si acaso sí recomendaba mezclar el azúcar y las claras y dejar reposar de un día para otro.

Sí que es importante respetar las proporciones para que la densidad de la masa sea la adecuada y no se desparrame; es por eso que si queremos hacer las conchas con chocolate hay que sustituir parte del azúcar por cacao en polvo.

Tradicionalmente los macarons tienen una base de merengue italiano, el del almíbar, por si no te ubicas; pero también puede hacerse con merengue francés, que a diferencia del primero no necesitará reposo de un día para otro para que puedas zamparte tus macarons.

El merengue francés es más accesible, sólo requiere hacer un mazapán con la almendra molida y mezclarlo con las claras a punto de nieve. Ya si quieres añadirle color, siempre que sea uno hidrosoluble, y mejor que no aporte demasiada humedad a la mezcla (uno en polvo o en pasta, que además será más concentrado)





Si no te quieres complicar mucho la existencia, este es un buen punto de partida; además tienes la ventaja de que los macarons pueden comerse en el acto, cosa que con el merengue italiano no deberías permitirte.



El merengue italiano es el que se conoce como "merengue cocido", a que a las claras se le añade un almíbar caliente, y necesita que tras la cocción y rellenado de las conchas, los macarons se asienten para que queden bien impregnados del relleno, jugosos y a la vez crujientes. Tiene más ciencia que el anterior tipo de merengue, porque hay que controlar el punto del almíbar, bien con un termómetro específico o con el truco de meter la espumadera en el almíbar y soplar a través de ella; si salen pompas está en su punto.

En cualquiera de los dos casos, llega otro punto caliente una vez está preparada y teñida la masa de las conchas: el escudillado.


Fotografía de Ricardo Lence
El escudillado consiste en disponer con una manga pastelera la masa de las conchas, cuidando de llevar la misma cantidad, el mismo diámetro y la misma separación entre pieza y pieza. 

Las conchas tienen que reposar, crear una especie de película que cuando se horneen quedará lisa y nacarada, pero durante el proceso de secado la masa tenderá a expandirse ligeramente (de ahí la importancia de que la masa no fuera muy húmeda, para que no se desparrame).




También puedes jugar con dos mangas diferentes introducidas en una tercera para obtener conchas de dos colores ^^
Los años de experiencia hacen sacar una bandeja tan perfecta como la que ves arriba, por suerte para muchos en las instalaciones donde preparan los macarons que venden en las confiterías de Viena Capellanes se usan escudilladoras automáticas que dosifican en bandejas la masa de forma milimétrica.

Nosotros pudimos comprobar como no es nada, nada fácil. Hace falta no sólo pulso, también buen control de la presión y un movimiento final de muñeca que deja la superficie de las conchas lisas, sin pegotes. Lo dicho, sólo las 10.000 primeras salen mal, después, la cosa va sola, jejeje.





Aquí nadie se escapa!
Fotografía de Ricardo Lence

Tras el escudillado, toca esperar a que se forme una fina película sobre la superficie de las conchas; si tocas la masa es pegajosa y se adhiere a los dedos, pero con tiempo y un poco de calor la parte externa se endurece ligeramente. Están a punto para hornear cuando al tocar no se pega la masa a los dedos.

Nosotros lo tuvimos fácil porque introdujimos las bandejas en un cuarto con mucho calor, pero en casa no queda otra que esperar... o encender el horno un pelín, apagarlo y dejar que con el calor residual las conchas se sequen (con la puerta abierta, eso sí).

La humedad durante este proceso es enemigo del secado, obviamente; mucha gente opina que en función del día, de si ha llovido o no, puede tardar más en este proceso.


Y cuando ya están listas....



Si no están lo suficientemente secas, al hornear el relleno se expande y la corteza no lo contiene lo suficientemente bien, y las conchas se agrietan. También es una de esas cosas a las que conviene coger el punto, tanto por el tacto como por el horno.





Aquí, una concha perfecta, nacarada, con ese halo de burbujitas que indica que ha crecido correctamente en el horno, sin quebrar la superficie.

Es cuando te das cuenta que poniendo muuuucho cuidado en lo que haces las cosas salen bien :)

Y hablando del relleno, aquí es donde puedes dar tu toque personal y hacer unos macarons realmente sorprendentes.

En el curso, Somoza nos propuso un puré de frambuesa gelificado, el clásico ganache de chocolate y como punto original, dos rellenos muy intensos: uno de menta suuuuuper refrescante con el que con un puntito de limón podrías preparar un macaron de mojito y otro de lima.



La base de estas cremas era manteca de cacao (chocolate blanco), que aporta la estructura sin quitar protagonismo al aroma principal. Un ganache de chocolate blanco con nata (crema de leche) con un alto contenido en MG, el ingrediente a nuestra elección y frío para que coja cuerpo y luego pueda montarse con varillas, no es necesario más.





Además, Somoza tenía un as bajo la manga... bueno, un relleno. De tomillo. Alucinante, sin más; muy equilibrado y ligero, nunca se me habría ocurrido que un dulce pudiera llevar esta especia y me sorprendió gratamente.


Fotografía de Ricardo Lence
Para el relleno es mejor no ser comedidos, puesto que tiene que "calar" en las conchas. Por eso, un truco para que queden bien jugosos los macarons consiste en presionar ligeramente el interior de las conchas para hacer una oquedad y que "abrace" el relleno.



Al final, todos con las manos en la masa terminamos los macarons mezclando conchas y rellenos, haciendo unas piezas de lo más divertido.



Y por supuesto, además de degustar todos los macarons que hicimos en el taller, tuvimos oportunidad de probar los que Viena Capellanes ofrece a sus clientes. Chocolate, limón, frambuesa, pistacho,... todos tremendos, muy conseguidos y realmente bien de precio.

Así, Francisco Somoza nos demostró que no hay que viajar a Francia para conseguir unos macarons de calidad, consiguió que todos estuviéramos picados por probar en casa y sacar nuevos sabores y nos quitó el miedo a experimentar con esta preparación que tanto llama la atención.



Por cierto, si te quieres apuntar a alguno de sus cursos, o te pica la curiosidad por ver más sobre ellos, pásate por aquí ;)
Fuente: este post proviene de este blog, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Modificado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

A veces creo que me exijo demasiado. Y luego pasa lo que pasa. Estoy muy pesada motivada con mis experimentos con el kéfir y no sé a dónde llegarán, pero me han tenido toda esta semana enganchadísima ...

Llevo arrastrando esta receta desde el verano pasado, cuando sin saber que hacer con un tupper de gofio de millo que me trajo mi hermano de Canarias, me puse a investigar sobre su uso en las masas fer ...

Tras los excesos de las fiestas tengo el corazón dividido: por una parte, como buena tragaldabas, podría seguir llevando ese ritmo de comilonas. De hecho, yo ahora me tomo una mandarina de postre y me ...

Recomendamos

Relacionado

recetas postres los clásicos postres ...

A finales del año pasado me propuse un pequeño reto, de esos que van sin agobios pero con un objetivo claro: alcoholizar convertir los cócteles que más me gustan en diferentes postres. Todo debido a que Juana preparó antes de las vacaciones de verano una tarta de queso aromatizada con tequila, como si de un margarita se tratase. Yo ya llevaba tiempo intentando hacer un helado decente de vermut par ...

recetas postres color y sabor cursos y talleres ...

Ya vamos apurando el año con las frutas y verduras de temporada que Pilar nos sugiere para nuestro reto mensual: Este mes, entre la berenjena y el persimón he preferido el segundo para hacer un experimento... mis primeros macarons! Y la verdad que estoy muy contenta con el resultado; si bien es verdad que me han dado un pelín la lata, pero he aprendido mucho de su elaboración en las condiciones ...

general

Hoy no os traigo ninguna receta, solo quería contaros mi experiencia al participar en un taller de macarons. Nunca había hecho macarons por lo que enseguida me apunté al taller de Eva, todos la conocéis por Mrs Hudson y su magnífico blog Bake-Street. Fue el domingo 29 de septiembre y la verdad es que lo pasamos genial y sobre todo aprendimos a hacer macarons. Os enseño unas cuantas fotos para que ...

general macarons

Os habréis preguntado dónde ando. Pues ando por aquí, no me he ido a ningún sitio y hoy, hoy no os traigo una receta, vengo a explicaros lo que he estado haciendo en las últimas tres semanas. Ya os comenté que me había apuntado a un taller de macarons online, quería aprender a hacerlos bien, porque a pesar de que estos bichillos siempre están buenísimos, tienen su qué. Ya os conté en este enlace ...

recetas postres dulce macarons

Deliciosos! No existe otra palabra para describirlos, incluso pasaron la prueba con mi madre. Y es que a ella si la sacas del bizcocho de yogur poco le gusta, pero las avellanas le encantan y estos macarons no se quedaron atrás. Ya hace tiempo que los hice, de hecho están en el pdf para descargar, pero como me quedan varios sin publicar por aquí poco a poco les iré dando salida. Tenemos San Valent ...

recetas postres con fruta galletas y macarons ...

Hoy os traigo un bocado de lujo, una verdadera delicia para el paladar, unos macarons rellenos de crema de plátano, caramelo y chocolate blanco. ¿Os podéis imaginar lo deliciosa que es esta crema? Para que tengáis una idea a que sabe, os puedo decir que me recuerda a la tarta Banofe, a esta mezcla de dulce de leche y plátano. O incluso recuerda a un dulce de leche con un ligero aroma a plátano. ...

recetas postres dulce macarons

Aquí tenéis el uso que le di a la crema que me sobró de los cupcakes de chocolate y crema de orujo. Viniendo de mi, no era muy difícil de adivinar, jeje. Aunque a mi favor os diré que no comí ni el primero. Hice estos macarons para llevar al cumpleaños de mi hermana, pero no quería hacer demasiados porque ya iba a haber más dulce, entre otros, ésta tarta que os enseñé el otro día. Cuando quiero ha ...

general dulce macarons ...

¿Qué tal las navidades? ¿Muchos excesos? Supongo que en general la respuesta será sí!!! Si ya es difícil privarse el resto del año, en estas fechas es casi misión imposible. Yo es que no tengo fuerza de voluntad para eso, jeje. Los macarons me encantan todo el año y en navidades no iba ser menos. Admiten tanta variedad de rellenos que se pueden adaptar al gusto de cada uno. A mi madre le encantan ...

recetas postres dulce macarons

El no tener la familia a lado tiene su lado bueno, no recibes visitas inesperadas y te encuentran en pijama, no vienen tomar café y se libran de beberlo rancio, el dulce toca a más porque solo somos dos a repartir... Ésto debería ponerlo en el otro lado de la balanza, somos dos a engordar, jeje. Lo"malo" de hacer dulces es que hay que comérselos, jeje. ¡Vale, descubrí la polvora! No es q ...

recetas postres almendra chocolate blanco ...

Sí, lo se... dije que no celebro San Valentín, pero confieso que el rollito este moña romanticón que circula por la blogosfera ha sacado mi lado más sensiblero y ya puestos a decir Te Quiero, no se me ocurre mejor manera que de forma dulce y delicada, tanto ¡como un macaron! No ha sido tarea fácil, que después de Mi Primer Intento y el éxito del Segundo, he sufrido varios contratiempos por hacer a ...