Poco a poco se va acercando el calor y vamos entrando en el verano, así que nos va apeteciendo menos encender el horno, pero aún por las mañanas el tiempo sigue siendo agradable y los más golosos podemos resistir y seguir preparando algunos postres como el de la receta de esta semana. Por mi parte, sé que me va a costar mucho abandonar el horno, así que os adelanto que aún me quedan algunas recetas por preparar que llevarán horneado pero prometo que merecerá la pena.
Lo que os traigo hoy es una bomba de esas sólo aptas para los más golosos así que espero que os atreváis y como yo, no podáis resistiros al sabor dulce y cremoso de esta combinación de caramelo y dulce de leche. Os diré que es una receta sencilla de preparar y que es perfecta para servirla tanto de postre como de merienda. Seguro que a quién se la pongáis repite!!!!
Ingredientes
Para la crema
110 g de azúcar
125 ml de leche
125 ml de nata (crema de leche)
3 yemas de huevo tamaño L
400 gr de dulce de leche
1 cucharada de agua.
Para el praliné
50 g de azúcar
1 cucharada de agua.
Elaboración
Empezaremos mezclando en un cazo 55 gr de azúcar con la cucharada de agua y poniéndolo a fuego lento removiendo de vez en cuando hasta que veamos que la mezcla se vuelve líquida, después lo subiremos a fuego medio y lo mantendremos hasta que veamos que se vuelve de un tono tostado o caramelo. En ese momento, añadiremos en modo de hilo la leche y la nata (crema de leche) que habremos mezclado previamente en un bol y removeremos la mezcla constantemente hasta que veamos que el caramelo se ha disuelto y está totalmente integrado. Llegados a este punto, lo retiramos del fuego y lo reservamos.
En otro bol aparte, mezclaremos las yemas con los otros 55 gr de azúcar restantes, y cuando lo tengamos bien batido, le incorporamos la crema de caramelo que acabamos de retirar del fuego. En este momento, pondremos el horno a precalentar a 150 grados mientras terminamos de preparar todo.
A la hora de hornear, tenemos que elegir tarritos individuales aptos para horno. Os recomiendo que uséis algo transparente para que se vean las capas del postre, pero serviría también algo de cerámica o cualquier otro recipiente que queráis usar. Además, necesitaremos una fuente para horno en la cual pondremos los tarritos sumergidos en dos dedos de agua para cocerlos dentro del horno al baño maría.
Así que, cuando tengamos la mezcla que estábamos preparando ya terminada, llenaremos cada tarrito hasta la mitad (un máximo de tres dedos de altura) y los pondremos dentro de la fuente. Finalmente, meteremos la fuente dentro del horno a media altura y hornearemos durante 25 minutos, aunque si hemos llenado mucho los tarritos, os recomiendo dejarlos 10 minutos más para que cuajen bien.
Bien! Ya tenemos los tarritos horneados, ahora vamos a seguir con el resto de la preparación! Mientras los dejamos enfriar fuera del horno, empezaremos a preparar el praliné siguiendo el mismo proceso del principio, es decir, mezclamos el azúcar con el agua, la ponemos a fuego lento y cuando se ponga líquida, la ponemos a fuego medio hasta caramelizar. Después lo echamos sobre una hoja de silicona o un papel de aluminio y lo dejamos enfriar. Finalmente y cuando esté bien frío (cuidado que el azúcar a esas temperaturas puede producir quemaduras graves), metemos el praliné en una bolsa y la machacamos para hacerlo cristalitos pequeños que reservaremos para decorar.
Ahora que tenemos el praliné preparado y la crema ya está fría, es hora de poner la capa de dulce de leche y montar el postre. Para ello, calentaremos el dulce de leche en el microondas durante 30 segundos de forma que esté más líquido y manipulable y lo repartiremos en los tarritos que tenemos ya preparados. Por últimos, ponemos unos trocitos del praliné encima del dulce de leche y metemos los tarritos en la nevera hasta el momento de servir (mínimo 10 minutos).
Y terminamos! Espero que pronto me digáis que la habéis probado y qué os ha parecido!!! Feliz semana a todos!
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