Esta es una tarta que guarde hace tiempo en favoritos. Cuando la vi en su versión original me llamo muchísimo y este fin de semana me anime de hacerla por fin. Es súper suave porque el queso está muy camuflado. No es nada empalagosa ni tiene la típica textura gelatinosa así que si sois fans del chocolate y el queso es perfecta. La decore con unas almendras cubiertas de chocolate y cacao.
Ingredientes:
Para la base:
250g de galletas de cacao (yo use unas de animalitos de la marca Guillon que venden en Lidl)
80g de mantequilla a temperatura ambiente
una cucharada de cacao puro
Para la crema:
250g de queso fresco de untar
300g de chocolate negro
400g de nata (crema de leche) para montar
dos cucharadas colmadas de azúcar glas
cacao puro para espolvorear la tarta
Antes de nada fundir el chocolate a baño María ya que lo necesitareis a temperatura ambiente y es lo que más tarda. Una vez lo tenemos liquido apartamos y reservamos hasta que se haya templado. Mientras, trituramos las galletas. Les añadimos el cacao y la mantequilla a temperatura ambiente y amasamos bien hasta que esté todo bien mesclado. Lo ponemos en un molde desechable (yo suelo poner papel de cocina debajo para desmoldarlo mejor) y apretamos bien con la ayuda de una cuchara hasta dejar una plancha bien lisa. Batimos la nata (crema de leche) bien y a continuación incorporamos con cuidado el chocolate templado a velocidad mínima si es que usamos la batidora eléctrica. A parte batimos el queso crema con el azúcar glas y lo añadimos a la mezcla anterior. Removemos bien hasta conseguir una crema homogénea. Volcamos la crema encima de la base de galletas, alisamos y dejamos reposar en la nevera mínimo 4-5 horas. Si la dejáis toda la noche mucho mejor. Para decorar espolvorear un poco de cacao puro poco antes de servir.
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