Como siempre me pedís postres fáciles y ricos, la tarta de limón sin azúcar de hoy os va a encantar
Es una receta fácil pero fácil, con ingredientes que encontraréis en cualquier súper y que queda súper rica. A mí no me atrae mucho el limón, pero la verdad es que estoy súper contenta con el resultado. He aprovechado que estamos en fiestas y me la llevé a casa de mis tíos por Nochebuena, porque a mi tía le gustan mucho los postres con limón, ¡y le encantó a todo el mundo!
Tiene una textura de mousse súper rica, es fresca y ligera, que es algo que viene muy bien estos días, que comemos de más y llegamos ya llenos al postre.
Además de que esta tarta de limón sin azúcar es muy fácil de preparar y sin horno, al ser una tarta fría la podéis preparar con antelación, dejarla en la nevera y sacarla cuando os la queráis comer (unos días aguanta bien en la nevera). Eso sí, si hacéis como yo y la vais a comer fuera de casa, os recomiendo que la desmoldéis en casa de quien sea que vayáis a comer, que así el transporte es mucho más fácil.
Para conseguir la textura firme de la tarta hace falta usar gelatina, pero os aclaro algo. He visto que los sobres de gelatina de limón Royal llevan algo de azúcar, así que si sois escépticos o queréis hacerlo más natural, podéis usar gelatina neutra y zumo de limón como yo. Simplemente os digo esto porque si no os importa añadir el poco azúcar que lleven estos sobres, podéis usar gelatina de limón y ahorraros el hacer zumo de limón.
Os dejo ya con la receta de la tarta de limón, y espero que os guste
Información Nutricional
Cada ración generosa de esta tarta de limón tiene:
210,55 kcal
9,50gr HC
Ingredientes:
200gr de galletas integrales sin azúcar, 100gr de mantequilla light, 200gr de queso Philadelphia light, 500ml de nata (crema de leche) para montar baja en grasas, 150ml de leche desnatada, 200ml de zumo de limón, 2 sobres de gelatina neutra (20gr), 2 cucharadas de sucralosa / 1 cucharada de stevia en polvo
Instrucciones:
Machacamos las galletas hasta que quede un polvo fino. Puedes hacerlo con la picadora, o hacer como yo, meter las galletas en una bolsa cerrada de congelados y pasar el rodillo por encima hasta que estén bien picadas. Mezclamos las galletas en un bol con la mantequilla fundida hasta tener una pasta y la ponemos en la base del molde, repartiéndola bien con una lengua de gato, aplanando.
Batimos en un bol el queso, la leche, la nata (crema de leche) (todo esto bien frío) y el edulcorante, con la batidora eléctrica. Nos interesa que salgan muchas burbujitas para que quede textura de mousse, así que batiremos hasta que las tengamos.
Ponemos el zumo en un cazo a fuego alto, y cuando hierva echamos la gelatina sin parar de remover, hasta que se disuelva bien. Podemos echar unas gotitas de colorante alimentario amarillo para que tenga algo de color.
Agregamos la gelatina a la mezcla de mousse que teníamos apartada, mezclando con una lengua de gato y movimientos envolventes para que no se baje la mezcla. Si queréis hacer los dibujos de encima, apartad un poco de gelatina y luego la tiráis por encima haciendo esas rayitas.
Vertemos la mezcla en el molde, sobre las galletas, y dejamos enfriar en la nevera durante por lo menos 4 horas.
Desmoldamos, ¡y listo!
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