Las tartas saladas frías son uno de los platos que más me gusta, con la llegada del buen tiempo, sobre todo para los fines de semana o para días que sabes que no vas a tener tiempo y es que, las puedes preparar perfectamente el día anterior o las preparas, las metes en el horno y puedes dedicarte a hacer otras cosas, además ¡qué poco se mancha!!! jajaja.
Esta tarta de ricotta fue todo un éxito. Estéticamente creo que ha quedado bastante llamativa por los colores y de sabor a quedado increíble, muy muy rica. Espero que os guste tanto como nos gustó a nosotros.
Ingredientes
- 1 lámina de hojaldre
- 200 gr de queso ricotta
- 2 huevos
- 1/2 calabacín o uno pequeño
- 1 diente de ajo
- 6 tomates secos
- Parmesano en polvo
- Orégano
- Nuez moscada
- Sal
- Pimienta
- Aceite de oliva virgen extra
Preparación
En primer lugar vamos a preparar las verduras y para ello, picamos el calabacín en trozos menudos y el ajo en trozos muy pequeños.
En una sartén, ponemos a calentar 2 cucharadas de aceite y sofreímos el ajo y el calabacín hasta que esté último esté transparente. Salpimentamos y espolvoreamos orégano.
Por otro lado, picamos los tomate secos en trozos menudos.
Para preparar la crema de ricotta, ponemos en un cuenco el queso, los huevos, unos 25 gr de parmesano, una buena cantidad de nuez moscada y un poquito de sal. Batimos todo bien hasta obtener una mezcla sin grumos.
Sobre una placa de horno colocamos la lámina de hojaldre y, extendemos (con cuidado de no llegar a los bordes) toda la crema de ricotta. Alisamos la superficie para que quede repartida más o menos igual por toda la tarta.
Sobre la crema repartimos el calabacín salteado y los trozos de tomate seco.
Espolvoreamos, generosamente, con más queso parmesano y, doblamos los bordes del hojaldre hacía dentro.
Llevamos la tarta al horno, precalentado a 180º, y cocemos durante 30 minutos.
Pasado este tiempo, retiramos la tarta del horno y la dejamos enfriar antes de consumir (o la podemos tomar templada)...a disfrutar.
Versionado de : Directo al paladar