Cuando publiqué esta tarta de Requesón, mucha gente desde Argentina me preguntó si era la misma torta de Ricotta que tienen allí. Así que fui a preguntarle a Luis, que como sabéis es argentino y me dijo que no, que la que se come allí tiene otra textura y la forma de hacerla tampoco es la misma. Quería hacerla porque mucha gente me la había pedido y porque además soy fan absoluta de la repostería argentina. Siempre me acuerdo de la primera vez que fui a Argentina y me paraba en cada escaparate de las pastelerías de Buenos Aires y de Córdoba a mirar las espectaculares tortas (tartas) y facturas (pasteles) que mostraban en todas ellas.
Antes de hacerla, estuve leyendo un montón de rectetas de tarta de Ricotta y finalmente me decanté por la del libro de Silvia Barredo, Pastelería Argentina, simplemente porque de todas las recetas que he hecho de su libro hasta la fecha han sido infalibles y con un resultado espectacular.
Pese a que los ingredientes de la quesada gallega que hice yo y los de la Tarta de Ricotta son muy parecidos ambos, es cierto que las tartas son muy diferentes una de otra. Pero os diría que ninguna es mejor ni peor, simplemente es cuestión de probar ambas y degustarlas porque os aseguro que las dos son una auténtica maravilla. Es verdad que me encantan todas las tartas de queso, sea como sea que estén hechas, con horno o sin horno, de chocolate o de frutas, pero todo, absolutamente todo lo que lleva queso es una auténtica tentación para mi y esta tarta no lo fue menos
Para mi las tartas de queso son de esas tartas que me resultan siempre muy suaves al paladar, tanto el sabor como la textura y son de esas tartas por lo tanto que suelen durar menos en mi casa, de hecho desaparecen muchas veces en cuestión de horas y es que cuando empiezas a comer un trozo, no me digas por qué pero no yo por lo menos, no puedo parar de comer hasta que de verdad me siento más llena de lo que debería. Pero disfruto muchísimo comiendo dulce, no os hacéis una idea cuánto y es que yo siempre lo he dicho, podría vivir a base de dulces sin ningún tipo de problema
INGREDIENTES:
Para la masa:
125 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
250 gr. de harina
125 gr. de azúcar
2 yemas
1 huevo entero
15 ml. de ron
Para el relleno:
500 gr. de Ricotta
50 gr. de mantequilla
150 gr. de azúcar
4 yemas
1 cucharadita de extracto de vainilla (opcional, la receta original no lleva pero a mi me cuesta no usar vainilla siempre que se pueda, de hecho si a la sopa pudiera echarle vainilla, no dudéis de que se la echaría)
50 gr. de almidón de maíz
500 ml. de leche
La ralladura de 1 limón
ELABORACIÓN:
Comenzamos haciendo la masa y para ello batiremos juntos la mantequilla con el azúcar, lo justo hasta que se mezclen (alrededor de 2 minutos). Añadimos entonces el ron, el huevo y la yema y batimos hasta que se integren bien en la mezcla. Bajamos la velocidad y añadimos la harina y batimos lo justo hasta conseguir una masa que podamos manipular con las manos.
Estiramos la masa entre dos papeles de hornear ó entre dos láminas de film transparente y forramos un molde redondo con la masa. Reservamos en la nevera hasta que hagamos hecho el relleno de la tarta.
Para hacer el relleno, ponemos la leche junto con la vainilla a ebullición.
Mientras se calienta la leche vamos a batir en un bol, las yemas, el azúcar, el almidón de maíz y la ralladura de limón hasta obtener una crema lisa.
Cuando la leche rompa a hervir, bajaremos el fuego y añadiremos la mezcla anterior muy poco a poco y sin parar de remover. Cuando observemos que la mezcla ha espesado bastante, apagaremos el fuego y añadiremos la mantequilla y la ricotta. Removemos bien hasta conseguir que se integren bien todos los ingredientes.
Dejamos que la mezcla anterior se enfrie un poco antes de proceder a hornear nuestra tarta.
Precalentamos el horno a 180º C. y sacamos el molde que teniamos reservado en la nevera con la masa. Vertemos la mezcla con la ricotta y lo introducimos en el horno durante aproximadamente 40 ó 45 minutos o hasta que al pinchar en el centro con un palito éste salga completamente limpio.
Sacamos la tarta del horno y dejamos que se enfrie antes de servirla.
ALGUNAS ACLARACIONES:
Si quieres que se cuaje un poquito más, no tienes que dejar que se haga un rato más en el horno, eso ya es cuestión de gustos.
Espolvorea la superficie con un poco de azúcar glass o con un chorrito de miel.