Bon appétit amig@s,
Tengo que reconocer que es mi queso fresco favorito, debe de ser por mi procedencia siciliana jaja. Y es que con la ricotta tengo un montón de recetas caseras tradicionales y familiares tanto saladas como dulces.
Aquí en España no es siempre muy fácil de encontrar aunque el queso más parecido es el requesón y podéis elaborar esta tarta también con él aunque la textura y sabor son un poco diferentes. Si la encontráis, os recomiendo que sea la que venden fresca al peso y no la de tarrinas que contiene mucha más agua que la primera. Yo la suelo encontrar al peso- en la zona donde vivo- en los supermercados Carrefour.
Una de estas tartas saladas que más me gusta y fácil de hacer es la tarta de ricotta a modo de quiche rellena de alguna verdura( calabacines, berenjenas, espárragos verdes) o varias de ellas juntas. Siempre resultan tartas extraordinarias, muy socorridas, sabrosas, muy suaves y muy muy sanas.
Un plato rápido, que gusta a todos los de casa y que es ideal para aprovechar aquellos restos de verduras que casi siempre tenemos en la nevera.
Ingredientes:
-Una lámina de hojaldre refrigerado
-2 huevos
-2 calabacines
-Una cebolleta (Wakana lake)
-100 ml de leche
-250 gramos de ricotta
-25 gramos de queso parmesano rallado
-Sal-pimienta
Empezamos por encender nuestro horno a 170 grados para que se vaya calentando mientras preparamos nuestra tarta.
Como los calabacines contienen mucha agua, es muy conveniente rehogarlos antes junto a una cebolleta cortada en juliana en una sartén con un poquito de aceite de oliva y a fuego fuerte removiendo constantemente hasta que estén doraditos y se haya evaporado todo el agua.
Una vez hecho este primer paso, cogemos un bol y batimos muy bien los 2 huevos enteros junto a la leche. A continuación salpimentamos, añadimos el queso parmesano rallado y la ricotta. Removemos bien hasta integrar todos los ingredientes.
Forramos un molde redondo (o rectangular) con nuestra lámina de hojaldre (dejando el papel de horno en el que viene enrollado, así nos sera muy fácil posteriormente desmoldar nuestra tarta), replegamos hacia el interior los bordes sobrantes y pinchamos la masa con un tenedor.
Esparcimos encima los calabacines rehogados previamente y cubrimos toda la superficie con la mezcla de ricotta, leche, parmesano rallado y huevos.
La horneamos a 170 grados durante unos 50 minutos.
Truco: Poner vuestro horno los primeros 30 minutos con calor arriba y abajo y terminar los últimos 20 minutos solo con calor abajo. De esta forma os aseguréis que la base del hojaldre esté bien hecha.
Esta tarta es ideal para una cena ligera o un plato principal acompañada de una buena ensalada de hojas verdes.
Bon appétit Mama
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