Bon appétit amig@s,
No os engaño si os digo que me encanta la ricotta (será por mis orígenes sicilianas). En mi casa se comía muy a menudo y elaboraban cantidad de recetas con este suave queso tanto saladas (raviolis, macarrones, canneloni.) y sobre todo dulces (canolli, la cassata,empanadillas) Es todo un manjar.
El nombre de ricotta significa re-cocido y se cree que su origen es de Sicilia ó Roma donde ya aparece este término en escritos de los siglos II y III a.C. Para los sicilianos la ricotta ha sido la protagonista de muchos dulces tradicionales religiosos.
Es un queso muy perecedero y debe consumirse rapidamente. Su proporción de grasa es escaso, tiene un bajo contenido calórico y no lleva lactosa. Al estar elaborado con el suero de la leche resulta muy protéico y mantiene todos los aminoácidos esenciales. En resumen es un “tesoro” de queso muy fácil de digerir que es ideal en los dulces como esta deliciosa tarta.
Ingredientes :
500 gramos de Ricotta
4 Huevos
1 lata pequeña de Leche condensada (370 gramos)
50 gramos de Maicena
50 gramos de Pasas
Un chorrito de Ron (opcional)
Frutas variadas para la decoración (opcional)
Es una receta tan sencilla de hacer que nos va a llevar nada de tiempo en prepararla y encima solo necesitamos de una varilla de mano.
Encendemos nuestro horno a 180 grados para que se vaya calentando.
Empezamos por hidratar las pasas.: las ponemos en un bol con un poco de agua y las dejamos unos 5-10 minutos.
En otro bol cascamos los 4 huevos enteros y los batimos bien para a continuación añadir el requesón y la leche condensada. Mezclamos bien con la varilla de mano.
Añadimos la maicena y el chorrito de ron que le va a dar un sabor increíble que le va genial a las pasas y a la tarta. No os preocupéis por el alcohol ya que éste se evaporará durante la cocción. Mezclamos bien
Estrujamos las pasas con nuestra mano para quitarle el agua , las secamos un poco con un papel cocina y las vamos a mezclar con un poquito de harina ó maicena. Esto hará que no se hundirán al fondo de la tarta.
Para el molde -sobretodo en los desmontables- y para evitar que se salga la masa (que resulta muy líquida) es muy útil forrarlo con un papel de horno que previamente hemos mojado con agua para acoplarlo de forma más fácil por todos lados.
Vertemos la masa y por encima colocamos las pasas hidratadas y un poco enharinadas. Con una cucharilla las hundimos un poco y llevamos a hornear a 180 grados durante unos 40-50 minutos.
Dejar enfriar bien antes de guardarla un mínimo de 1 hora en la nevera. Ó también toda la noche, es una tarta ideal para hacer de un día para otro.
Para la decoración utilicé frutas frescas- frambuesas y higos así como unas hojas de menta. A vosotros de dejar volar vuestra imaginación.
Si os gusta las tartas de queso, esta tarta es todo un acierto. No es muy calórica debido a la ricotta y en cuanto a la leche condensada siempre podéis utilizar la versión light y también sin lactosa para los intolerantes.Y el equilibrio de dulzor está muy bien conseguido.
¡¡Una delicia de tarta !!
Bon appétit Mama