Lo tiene todo, nos ayuda en nuestras dietas, ya que no contiene apenas azúcar ni grasa ni proteínas y sí minerales y vitaminas. No sé si conocéis los dichos populares: "Está sano como una manzana" o "Una manzana al día; el médico os ahorraría" o "De las frutas, la manzana; y de los colores, la grana"... hay mil dichos más y todos muy graciosos y acertados.
Os dejo otras recetas de tartas de manzanas que publiqué hace unos meses, os las recomiendo pues son todas deliciosas y muy sencillas de preparar.
Estas son las manzanas (Golden) perfectas para hacer este tipo de tartas. Ya que no se deshacen y tienen un sabor muy bueno y no excesivamente dulce, el tipo "reineta" es más ácida pero también se podría usar para hacer esta tarta.
1 kilo de Manzanas golden
100 gramos de Mantequilla (blanda)
100 gramos de azúcar
3 huevos
2 Cucharadas de Leche fresca
100 gramos de Queso Ricotta o requesón
1/2 cucharadita de café de Vainilla líquida (esencia de vainilla)
150 gramos de harina
1 cucharadita de levadura en polvo
Mermelada de Melocotón (Opcional)
Como cortar la manzana
Primero se quita el corazón a cada manzana, se pelan y se cortan en cuartos y de cada cuarto se cortan las láminas para que nos queden todas los trozos parecidos.
Lo primero que hacemos es batir los huevos con el azúcar, tiene que quedar cremoso y blanco, añadimos ahora la mantequilla (blanda), si no está blandita la podemos meter un poco en el microondas y batirla para que se deshaga bien, seguimos mezclando para añadir la harina y la levadura.
Añadimos las dos cucharadas de leche y la ricotta o el requesón. Esto hace que la tarta sea más suave y esponjosa.
Cuando ya está bien mezclando se añade la pizca de sal y por último la cucharadita de vainilla líquida.
A continuación, a la masa le añadimos el medio kilo de las manzanas (la mitad de las manzanas que hayamos comprado). Tiene que quedarnos bien integradas las manzanas en la masa. La otra mitad de las manzanas se colocan encima de la tarta y se colocan muy bien para meterla en el horno.
Se enmanteca y enharina un molde de unos 22 centímetros de diámetro y se vierte la masa.
Ahora ya solo nos queda meterlo en el horno caliente a 180 grados unos 45 o 50 minutos, si tenéis duda, pincharla por el centro.
Cuando ya la saquemos del horno, la dejamos templar un poco y la pincelamos con mermelada de melocotón que debe estar templada para poderla extender bien sobre nuestra tarta. Este último paso es opcional, ya que a veces la pongo y otras no, esto ya al gusto del cocinero.