Que no hubiera empezado con el blog, también nos lleva a que las fotos de esta entrada sean un poco bastante malas, ya que las hice con el móvil, sin poner demasiado cariño y únicamente pensando en guardar un recuerdo, no en publicarlas. Espero que podáis disculparlas.
Os cuento… Cuando creas una nueva tarta y la pruebas, siempre te queda una pequeña incertidumbre de si realmente estará buena, aunque la estés comiendo en ese momento y te esté sabiendo a gloria. Es esa maldita inseguridad de la que es tan difícil librarse. Así que cuando vi que mi cuñado se ponía para merendar un segundo trozo de tarta, el doble de grande que el primero, se desvanecieron todas las dudas y acepté, llena de orgullo, que la tarta estaba descomunal. ¡Qué mayor certeza y qué mayor alegría!.
Como casi siempre, la idea sobre los ingredientes de la tarta, se fue formando poco a poco en mi cabeza. En este caso, convergieron dos hechos:
Y por otro lado, la aparición de un recuerdo infantil. Haciendo la compra me encontré con un bote de requesón en oferta y vinieron a mi memoria esas copas, que preparaba mi madre, de requesón batido bañado en miel. Era uno de mis postres favoritos cuando era canija y no puedo acordarme de él sin empezar a salivar. Ahora mismo voy a apuntar requesón en la lista de la compra... ¡Qué rico!.
¡Ya tenía la combinación perfecta!. Con los ingredientes principales definidos, sólo quedaba resolver algunos detalles. Para acompañar al relleno, decidí realizar una compota de manzanas variadas, buscando que aportaran un toque de acidez, más que de dulzor, para que contrastaran con el bizcocho y la miel. Además, siempre me gusta incluir, en el interior de las tartas, una o varias capas distintas a las de la crema, para que la tarta no sea monótona y puedas ir disfrutando de distintos bocados y texturas dentro de una misma porción.
Y por último, para añadirle otra textura que también aportara contraste, decidí cubrir la tarta con granillo de nuez caramelizado. El resultado, ya os digo que fue espectacular. Para mí una de las tartas más ricas que he hecho y que he repetido en más ocasiones, dándole otros aspectos.
Espero que os haya gustado y que me contéis alguno de vuestros inventos reposteros, esos que tuvieron un éxito inesperado y que se convirtieron en uno de vuestros postres infalibles. Un saludo y ¡hasta la semana que viene!.