Nos vamos hasta Holanda para empezar el año con Cocinas del mundo. En cuanto me enteré, tuve claro cuál iba a ser el ingrediente principal de mi receta: De Rotterdamsche Gouda. No podía ser de otra manera; es mi queso favorito; un gouda casi añejo con una ligera cristalización y un sabor increíble. Para que os hagáis a la idea, recuerda al Old Amsterdam, pero es de más calidad; se lo compro a un granjero en el pueblo de al lado. Este gouda maduro es duro y en la boca se aprecian toques crujientes por la caseína (proteína de la leche) cristalizada durante el proceso de maduración.
Así que para dejarle el protagonismo a mi queso favorito, escogí estas ricas tartaletas de champiñón, cebolla y gouda holandés, que me imagino que se llamarán algo como "Gouda gebakjes" o algo por el estilo. Me inspiré especialmente en esta receta y esta otra, aunque cambié el Gouda normal por mi Gouda favorito, que es añejo. Y usé algo más de queso que las recetas originales. Salieron 12 pequeñas (unos 10 cm de diámetro) y una mediana y nos encantaron.
250 g de masa quebrada
90 g de champiñones
40-50 g de queso Gouda maduro, tipo Old Amsterdam
Más aprox. 10 lonchas finas del mismo queso Gouda
1 cebolla pequeña
50 g de jamón york
250 ml de leche
4 cucharadas de mantequilla
1 cucharada de harina
1 cucharada de zumo de limón
Nuez moscada
Pimentón dulce
Sal y pimienta
Opcional: Berro de agua para decorar
La preparación:
1. Usamos un molde redondo, un vaso de borde fino o algo así para cortar círculos de masa del tamaño de nuestros moldes para tartaletas o magdalenas. Engrasamos los moldes y acomodamos la masa. Con los retales que sobraron de hacer las tartaletas pequeñas, hice una mediana.
2. Entonces le damos el primer horneado a la masa; 8-10 minutos a 200º en el horno precalentado. Para que no se hinche la base de la masa, la pinchamos un par de veces con un tenedor y metemos un puñadito de legumbres o pasta en cada tartaleta. Sacamos las tartaletas del horno, las vaciamos y bajamos la temperatura del horno a 150º.
3. Después pasamos a preparar el relleno. Calentamos un par de cucharadas de mantequilla y pochamos la cebolla picadita (normalmente va en juliana, pero yo la prefiero picada). Le damos unos 5 minutos hasta que esté blanda y añadimos el champiñón en rodajas; le damos otros 5 minutos o así, hasta que los campiñones también queden tiernos. Después lo sacamos todo de la olla y reservamos.
* En cuanto al limón, yo suelo rociar las láminas de champiñón con él para evitar que el champiñón se oxide, pero si cortamos el champiñón en rodajas justo antes de cocinarlo, podemos añadir el zumo de limón simplemente a la olla con los demás ingredientes.
4. En la misma olla calentamos las otras dos cucharadas de mantequilla a fuego medio, añadimos la cucharada de harina, lo mezclamos bien durante un minuto e incorporamos poco a poco la leche sin parar de remover y mezclar para deshacer cualquier grumo de harina. Entonces le damos 2-3 minutos al fuego para que espese.
5. Es el momento de devolver a la olla la cebolla y el champiñón; mezclamos con la bechamel y añadimos un poco de sal, pimienta y nuez moscada al gusto. Por último completamos con el queso rallado y removemos para que se funda.
4. Con cuidado rellenamos las tartaletas.
5. Coronamos con lonchas finitas del Gouda y damos el toque final con pimentón dulce sobre el queso.
6. Para terminar, les damos 15-20 minutos a 150º en el horno precalentado. Las servimos calientes y decoramos, si queremos con brotes de berro de agua.
Y aquí os dejo una fotito del señor al que le compro el queso, que se llama Arne Rasmussen, con una rueda enorme de mi favorito:
¡Buen provecho!
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Bergua*