INGREDIENTES (2 personas)
Pasta Gourmet Giovanni Rana (Gorgonzola y Nueces)
10-12 tomates secos en aceite
15 hojas frescas de albahaca
40 piñones
1 diente de ajo
Aceite de oliva Virgen Extra
Queso parmesano rallado
Tiempo: 10 minutos
Película comparada: UNO DE LOS NUESTROS (Martin Scorsese - 1990)
Con esta receta participo en el Reto de Cocineros del Mundo en Google + "Giovanni Rana"
Una receta de esas que se llaman fáciles. Aunque no por ello, de hecho todo lo contrario, deja de ser sabrosa, llena de matices, texturas y con un aroma que nos catapulta de inmediato a la tierra más allá del Mediterráneo. Estos Tortellini de Gorgonzola y Nueces aportan ya de por sí un profundo viaje aromático a nuestro paladar. Hay que tocarlos lo justo para no quitarles protagonismo. De ahí que me haya dejado llevar por un Pesto Rosso que aporta una buena dosis de suntuosidad y no hace sino potenciar los sabores más italianos de nuestro plato. Una combinación ganadora, creedme. Silencio... se cocina.
Nuestra tarea principal en esta receta es sacar músculo. Para ello habrá que echar mano del utensilio más fiable que habrá en nuestra cocina siempre: EL MORTERO. Jamás se recalienta, no tiene problemas electrónicos y encima nos desestresará. Pack completo.
Echamos en el mortero el ajo partido y sin el germen interior (para evitar posibles latigazos digestivos futuros), los piñones y las hojas de albahaca fresca. No hay que echar tampoco muchas (no es un pesto verde o corriente, queremos que predomine el color rojizo). Y nos ponemos a machacar con fuerza y gracia (que sé que la tenéis) hasta hacer una pasta.
Por otro lado cogemos los tomates secos en aceite de oliva y les eliminamos las posibles semillas. NOTA: Si no vienen en aceite de oliva habrá que hidratarlos en agua durante 1 hora más o menos.Luego los colamos y los usamos al gusto.
Con la batidora o en un aparato apto para triturar, les damos unos cuantos menos de aspa hasta desmenuzarlos bien. No tiene por qué quedar como un puré, a mi me va más que se noten trozos, algo más rural, artesano, de la campiña italiana...
Mezclamos en el mortero las dos pastas que hemos preparado. Mezclamos bien.
En este punto toca regar bien nuestro pesto con un buen aceite de oliva Virgen Extra. Rallamos un poco (o mucho, según vuestro sabio criterio) de queso parmesano y lo mezclamos todo bien.
Lo tapamos con papel film y dejamos reposar en la nevera mínimo media hora. Aprovechamos este receso para ponernos un buen vino e preparar nuestro crujiente de parmesano. Normalmente se suele preparar en el horno pero yo hoy os muestra la versión rápida: en microondas.
En un plato colocamos un trozo de papel vegetal o de horno. Rallamos un buen montón de queso parmesano (sin miedo). Lo metemos en el micro unos 40 segundos (dependerá de la potencia, yo lo hice a 800w) y sacamos. Dejamos enfriar unos segundos y, con cuidado, sacamos nuestro crujiente, que os quedará firme y con una forma que sorprenderá a cualquiera.
Turno de la pasta Giovanni Rana. Seguimos para ello las instrucciones precisas de la bolsa. En el caso de estos tortellini basta con poner a hervir agua con un poco de sal y cocemos la pasta 1 minuto.Colamos.
Emplatamos. En un plato hondo (de esos que quedan chulos para pasta) colocamos los Tortellini de Gorgonzola y Nueces. Regamos con un poco de nuestro Pesto Rosso y encima coronamos con nuestro crujiente de Parmesano. Terminamos por rematar la jugada con unas hojitas de albahaca fresca, que nos aportarán frescura, color y sabor natural. ¡Que aproveche, hitchcookianos míos!
Película ideal para degustar este plato
GOODFELLAS
("Uno de los nuestros" de Martin Scorsese - 1990)
He intentado no sucumbir al deseo pero me vuelvo a dejar arrastrar por las "malas calles" italo-americanas que nos propone el maestro Scorsese para la comparación cine-culinaria. No es ilógico. La cocina italiana ha estado siempre muy pero que muy presente en su filmografía, supongo que uno jamás puede renegar de sus orígenes y el tío Marty no iba a ser distinto.
Cuando el cine de "mafia" ya había alcanzado sus más altas cimas con la saga de "El Padrino", parecía impensable derrocar al rey. Aunque sólo fuese tambalearlo. Y entonces llegó Scorsese y se marcó un retrato criminal de una pericia técnica, narrativa y visual impecables. Pronto "Uno de los nuestros" pasaría a convertirse en el relevo cinematográfico de los Corleone. Su envoltura clásica convive con un ojo moderno, donde conviven los planos secuencia y la violencia desatada, cruda, real, incómoda... Hoy en día o eres de "El Padrino" o de "Uno de los nuestros". La decisión es tuya...
Scorsese indaga en las profundidades gangsteriles para ofrecernos un largo, medido y milimétrico recorrido por todos los niveles de la criminilidad. Un niño que se deja arrastrar por el lado oscuro de la "familia"y poco a poco va ascendiendo escalafones en la mafia, al tiempo que cae en el pozo de las drogas y sufre el acoso policial. Ése es el hilo conductor sobre la cara agrietada y machacada de un Ray Liotta memorable. A su lado surge il capo De Niro (el maestro y mentor) y el brutal y despiadado Joe Pesci, cuyo papel de matón sin escrúpulos le valió un merecido y necesario Oscar. Una vez que le ves, jamás le podrás olvidar. Su ira no responde a ninguna regla; tan pronto te gasta la broma más peligrosa del mundo, como te dispara en un pie si no bailas, como acuchilla a un molesto enemigo en el maletero.
Nuestra receta desprende la fragancia italiana que buscamos en el referente. Todos los ingredientes nos pueden llevar a las calles del neoyorkino barrio de Little Italy: pasta, albahaca, pesto, parmesano... Parecen personajes sacados de la mente de Scorsese (si fuese cocinero, digo) y que los dispone frente a su cámara para sacar la mejor interpretación de sus vidas. Nosotros hacemos lo propio: intentar cojungar todas esas personalidades en una misma película-receta y extraer sus mejores sabores.
Podemos componer la historia a partir de nuestros Tortellini de Gorgonzola y Nueces. Entendemos (porque somos así) que son personajes con una cara a ojos del mundo (fingen honorabilidad a primera vista) pero que en su interior late la furia, la ambición, el queso, el fruto seco... No les conoces del todo hasta que no les das el primer bocado. Ahí es donde explota todo su potencial.
Esa pasta se arremolina en el plato como una familia. La lealtad es la primera lección a aprender. Y ellos se apiñan codo con codo, formando una unión inquebrantable, imbatible... Pero su espíritu tiene un denominador común: la sangre que les baña en cada acto que realizan. Su modo de vida se basa en la eliminación del contrario, en la conquista, en sobrevivir, en quitarse de en medio todo lo que estorbe su ascenso al poder. Nuestro Pesto Rosso hace las veces simbólicas del rojo líquido que marcará sus vidas y sus muertes. Inicialmente sólo les cubre... pero en cuanto los mezcles, les impregnarán por completo.
El crujiente de Parmesano se mantiene rígido como se mantienen ellos: estoicos y firmes ante la adversidad pero que se reblandecerá con el paso del metraje o incluso con el propio pesto rosso (o sangre). Sólo la albahaca parece mostrarse como la única esperanza. Ese último resquicio de redención de una carrera criminal que te ha llevado a la cima pero que te ha hecho caer desde muy alto. Un brote verde para la salvación del alma manchada de sangre (como cuando Joe Pesci va a entrar en "la familia", la tración de Liotta, el retiro de De Niro...)
Así pues nos topamos con un plato que reúne todos los ingredientes necesarios para ejemplificar esta cruel y maravillosa radiografía de unos tipos que quisieron gobernar el mundo a costa de todo y de todos. Una delicia cinematográfica, inmortal, que deja huella, que sobrevivirá a los años. No así nuestra receta que durará muy poco sin ser devorada. Al fin y al cabo ella también es "una de las nuestras"...