Estaba a punto de conseguir su objetivo y nada podía fallar
Debía ser más cuidadosa que nunca, templar sus nervios y pasar desapercibida
El mínimo error podía acabar con la vida de su marido
Ya le habían advertido que no involucrara a la policía, que pagara y todo quedaría en un susto, así podrían seguir con sus vidas como si nada hubiera pasado. Como si aquella gente no se hubiera cruzado en sus caminos
Desde la llamada a primera hora de la mañana, había hecho todo lo que le habían pedido
Había ido al banco y a pesar de las preguntas extrañadas, primero de la cajero y más tarde del mismo director, había retirado todos los ahorros de sus cuentas. Se había subido a su coche y había conducido más de ciento cincuenta kilómetros, siguiendo siempre las instrucciones de aquella voz metálica
Sabían cómo iba vestido su marido aquella mañana, dónde trabajaba, dónde vivían, el nombre de sus hijos, todo
En ningún momento se planteó no hacerles caso. Si pensó en llamar a la policía, enseguida desistió pensando en su familia
Le habían hecho tantas advertencia sobre la policía -que no la llamara, que llenara el depósito de gasolina para no quedarse tirada en la carretera, que respetara los límites de velocidad- que se había pasado todos aquellos kilómetros mirando por el retrovisor, pensando que solo la policía podía hacer que no recuperara a su marido con vida
Cuando aquellos dos agentes motorizados le dieron el alto, un escalofrío recorrió su espina dorsal, como si ella fuera la delincuente
No pudo frenar. Aquello no iba a acabar bien
No recuerda ni cómo pudo quitar el pie del acelerador, ni cómo salió del coche
Solo recordaba que no podía despegar sus manos del volante, ni hablar, ni moverse. Las lágrimas le caían por su cara
Solo recuerda salir del coche y desplomarse en el arcén
Y ahí acabó todo
La policía localizó a su marido volviendo en avión de una reunión con unos clientes
Aquella mañana, nada más poner un pie en el aeropuerto, le habían robado el móvil. Solo se preocupó en llamar a la compañía para que se lo bloquearan, después se olvidó, tenía asuntos importantes que tratar
No entendía lo que estaba ocurriendo, hasta que llegó al hospital donde su mujer estaba ingresado por un ataque de histeria. Solo se calmó cuando lo vio aparecer y aún así apenas podía creer lo que le contaba a la policía
Probablemente, habían seguido a su familia durante semanas. Conocían cada paso de su marido, su agenda
Había estado a punto de pagar un rescate por el secuestro de su marido sin que dicho secuestro existiera
Nadie conocía a aquellos tipos. Nadie sabía si seguían vigilándolos y aunque la policía le aseguró que ya estarían preparando el siguiente golpe, con lo que había vivido ¿quién podía creerlos?
PD Relato inspirado por Sílvia Yébenes
INGREDIENTES
2 cebollas moradas
90 ml de vinagre de vino blanco
4 cucharadas de aceite
2 cucharaditas de azúcar
300 g de panceta a taquitos
500 g de tortiglionis
100 g de queso pecorino rallado + 100 g más para espolvorear
Sal
Pimienta
Agua
Sal
ELABORACIÓN
Picar la cebolla bien pequeña
Poner una gota de aceite en la cubeta
Freír la panceta hasta que esté bien crujiente
Reservar
Limpiar la cubeta o utilizar otra
Hervir la pasta según las indicaciones del fabricante
Reservar un cubilete de agua de la cocción
En la cubeta poner las 4 cucharadas de aceite y el vinagre
Añadir la cebolla y pochar hasta que esté casi caramelizada
Ir removiendo
Añadir el azúcar
Remover
Añadir una pizca de sal
Añadir la mitad de la panceta que teníamos reservada
Verter la pasta en la cubeta con la cebolla y la panceta
Remover
Añadir el queso rallado
Remover hasta que se funda
Añadir pimienta
Añadir agua de la cocción para que esté cremoso
Espolvorear con el resto de queso rallado
Colocar la panceta que teníamos reservada
Receta adaptada de Food morning
Consejos de La Farsa
*Se puede utilizar cualquier tipo de pasta corta. La receta original es con rigatoni. La única diferencia entre ellos es el tamaño
*Cuando hago pasta para publicarla en el blog, la cuezo siempre en la olla pero con tapa abierta. Para que en ningún caso se me pase o se quede dura. Siempre pensando en la foto
Con la tapa abierta controlo perfectamente la cocción y no me arriesgo
Cuando cocino "para casa", hago un "todo para adentro" y me quedo más ancha que larga
*Tuve la suerte de encontrar queso pecorino. No es fácil, así que podéis utilizar cualquier queso de oveja curado
*En vez de panceta se puede utilizar bacon