Una salsa de tomate especiada, ligeramente dulce y con un toque picante, para acompañar unas tortitas de bacalao (que pueden ser del pescado que más te guste), que forman un plato de tradición sefardí, muy popular entre los judíos sirios.
Pescado sin piel ni espinas en salsa de tomate, un aliciente añadido para que todo el mundo coma pescado sin excusas.
Ingredientes
Para la salsa
400 g de tomate triturado
1 cebolla mediana
1 diente de ajo
1 cucharadita de comino
1 cucharadita de cilantro
1/2 cucharadita de pimentón ahumado
1 chile rojo
2 cucharadas de menta fresca
2 cucharaditas de azúcar glass
150 ml devino blanco
aceite de oliva
sal, pimienta negra
Para las tortitas de bacalao
600 g de bacalao fresco
2 cebolletas (150 g)
2 huevos
4 dientes de ajo
60 g de pan
30 g de cilantro fresco
30 g de perejil fresco
1 cucharada de comino molido
sal
aceite de oliva
Preparación
La salsa
Pelar y cortar la cebolla en trocitos pequeños. Moler las semillas de cilantro y comino. Retirar las semillas del chile y picar fino, igual que el ajo.
Colocar una cazuela al fuego y calentar dos o tres cucharadas de aceite. Poner la cebolla y las especias: comino, cilantro y pimentón. Pochar durante unos 10 minutos, hasta que la cebolla esté blanda. Verter el vino blanco y dejar cocer a fuego lento 3 minutos, de manera que evapore el alcohol.
Incorporar el tomate triturado, el azúcar glass, el chile y el ajo, una cucharadita de sal y unapizca de pimienta negra. Remover bien para mezclar los ingredientes y cocer a fuego lento durante 15 minutos.
La salsa debe adquirir una textura espesa. Retirar del fuego y reservar.
Las tortitas
Retirar piel y espinas del bacalao y cortar en trocitos pequeños. Reservar.
En un procesador de alimentos colocar el pan, el cilantro, el perejil, los ajos y la cebolleta. Triturar para obtener una masa con textura de trocitos pequeños. Volcar en un bol.
Añadir el bacalao picado, el comino, una cucharadita de sal y los huevos batidos. Mezclar bien hasta obtener una pasta homogénea. Con las manos, formar primero bolitas y aplastarlas ligeramente para obtener las tortitas, de unos 2 centímetros de grosor.
Si están muy húmedas y tiernas dejar reposar un rato en la nevera para que adquieran firmeza.
Colocar una sartén al fuego con dos o tres cucharadas de aceite. Cuando esté caliente freír las tortitas unos 3 minutos por cada cara, de manera que queden doradas.
En una cazuela ancha colocar la salsa de tomate y las tortitas de bacalao una al lado de otra de manera que cojan todas. Si es necesario puede añadirse un vasito de agua para que la salsa las cubra. Tapar la cazuela y dejar cocer a fuego lento 15 o 20 minutos.
Retirar del fuego, destapar y dejar reposar 10 minutos antes de servirlas. Espolvorear con menta picada al emplatar.
Y también al horno!
Aunque es una fritura suave, tienes la opción de sustituirla por una cocción al horno. Nosotros untamos con aceite unos moldes de muffins y los rellenamos con la masa de las tortitas. Horno precalentado a 180º y unos 20 minutos de cocción, hasta que tengan un tono dorado.
Y ya ves, también te puedes montar un táper de lujo y completarlo con un poco de arroz o cuscús.
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