Luego de unos cuantos encuentros ya teníamos acordada toda una logística que surgió de manera espontánea y sin proponérnoslo: unos llevaban la manta a cuadros, otros el periódico del domingo, otros se aparecían siempre con frutas frescas y a nosotros nos tocaba llevar el café y este pan rústico repleto de embutidos varios. Tampoco podían faltar otros preparados como empanadas, arepas andinas, brownies o cupcakes. Siempre llevábamos más de lo que podíamos consumir, pero de este pan que muestro hoy, nunca vi que sobrara nada. Ni las migas.
Solíamos conversar sobre cómo resolver los problemas del mundo, mientras algunos patos correteaban cerca del lugar bajo un cielo azul intenso.
Una vez cayó una lluvia repentina y fuerte que nos obligó a retirarnos sin siquiera haber llegado al lugar acordado. Pero mi pan estaba listo y el periódico no se había mojado mucho, así que terminamos haciendo el pikiniki en la sala de uno de los amigos, con manta a cuadros incluida.
El tiempo pasó y algunos de los amigos ya no están cerca, pero si todo se da como está planeado, estaremos haciendo otro encuentro (seguramente bajo techo) en Barcelona o quizá Madrid ¡la próxima semana!. De hecho, ya tengo visto algunos de los embutidos que vamos a comprar para la ocasión, así que espero contar al menos con el periódico del domingo para no perder la costumbre : )
La receta para este bocadillo no puede ser más sencilla, cualquier pan rústico redondo sirve, aunque yo he decidido hornearlo en casa con esta receta de pan que no se amasa que publiqué hace algún tiempo.
Se rebana horizontalmente y se untan ambas caras con mostaza dijón. Luego rellenar de deliciosos embutidos al gusto, como salchichón, salame, jamón, etc. (yo siempre recomiendo Campofrío a los amigos que viven en España). Algún queso contundente (como provolone o manchego) y un condimento especial a base de pimientos asados, aceitunas y pepinillos cortados en pequeños trozos (mezclados con aceite y vinagre opcionalmente).
El pan relleno se envuelve en film transparente y se presiona fuertemente con algo pesado, como una sartén de hierro. Se refrigera (con todo y sartén encima) hasta el día siguiente y se transporta envuelto aun en film. Al momento de servir se corta con cuchillo de sierra en secciones.
Todo un carnaval de colores lleva este sabroso pan ¿verdad que se ve rico?
PD: Ya saben, estaré en el viejo continente por unas semanas, así que nos vemos en Noviembre. ¡Yupi!
Besos