Pues aquí estamos de nuevo, y con un nuevo truquito de esos que van tan y tan bien en la cocina.
En este caso me lo enseñó mi amiga Nuria, que también es muy cocinillas como yo, y la verdad es que después de explicármelo lo utilizo casi a diario (ahora con la dieta como ensalada casi a diario y hago la vinagreta con este sistema).
Yo os he puesto la vinagreta de mostaza y miel, pero podéis probar de hacerla de casi lo que queráis, la cuestión es ir viendo la que nos gusta más, lo único indispensable es un buen aceite y vinagre (si no no sería vinagreta, jejeje).
Vamos a ver el truco.
INGREDIENTES:
Aceite de oliva virgen.
Vinagre.
Sal.
Mostaza (yo usé la antigua de Dijon).
Miel.
ELABORACIÓN:
Lo primero que vamos a necesitar es un bote de cristal pequeño, con tapa.
Ponemos primero el aceite, después el vinagre y la sal (todo al gusto, tendréis que ir probando como os gusta más), una cucharadita de mostaza y un poquito de miel.
Cerramos el bote con la tapa y la pegamos un buen meneo arriba y abajo, hasta que veáis que queda totalmente ligada y espesita.
Y ya la tenemos lista para usar.
Ya veis que con un simple botecito nos evitamos la batidora, dejarnos el brazo mezclando con el tenedor, etc. Y además es que queda perfecta.
Yo de hecho lo tengo ya al lado de la aceitera, listo para usar.
Espero que os haya ido bien el truco, y agradecerselo a mi amiga, que me lo descubrió.
Y esto es todo por hoy, si todo va bien nos vemos el miércoles con una receta rica, rica, rica, que seguro os encantará.
Mientras tanto me podéis encontrar a través de las redes sociales:
Un beso enorme a todas/os.