Alitas de pollo al ajillo. Preparación:
1.- Retira todos los restos de plumas que puedan tener y parte las alitas por la mitad. Lo mejor es doblar y buscar el punto intermedio para no cortar huesos. Descarta las puntas de las alas.
2.- Sazona las alitas con sal y pimienta a tu gusto.
3.- Coloca la harina en un plato y reboza bien las alitas.
4.- En una sartén con un buen chorro de aceite de oliva pon la alas rebozadas a freír, junto con la cabeza de ajos desgranada y sin pelar. Tapa y deja que se fría a fuego medio-bajo para que se hagan despacio y asegurarse que se cocinan bien por dentro. Dales vueltas de vez en cuando.
5.- Cuando tengas las alitas bien doradas, ya las puedes servir. Sírvelas con los ajos por si alguien los quiere comer. Tabién puedes ponerles el aceite de freír. Seguro que te agradecen que les dejes mojar pan y rebañar.
Trucos y consejos:
Esta receta está preparada únicamente con alitas de pollo por su pequeño tamaño y la facilidad de picar pequeñas porciones. Puedes preparar esta misma receta con cualquier parte del pollo, pero te aconsejo que lo cortes en porciones pequeñas. Con el rebozado, sellarás la carne y al freir no se te secará tanto. Además conseguirás que cada piea tenga una buena cantidad de rebozado.
Usa los sazonadores que más te gusten. Si prefieres la pimienta blanca, sustitúyela sin problema. Sazona siempre a tu gusto y al de tu familia, que aunque a mí me gusten bien picantes, tú debes darles tu toque personal.
Usa, si lo prefieres, los ajos pelados y seguro que se te van a dorar mucho más. Luego al comerlos, verás qué ricos.
Si las vas a servir como segundo plato, puedes ponerle una guarnición de patatas fritas o asadas. Los pimientos verdes fritos o unos champiñones también quedarán muy bien, incluso una buena ensalada.
Si te gustan las alitas de pollio, te voy a dejar una receta que a mí me encanta en este enlace: Alitas de pollo en salsa agridulce.
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