Como sabes de mi afición por la cocina asiática, principalmente china, no te sorprenderá la receta de hoy. Si hay alguna receta que hemos adoptado en todas las casas es el arroz tres delicias, o cuatro o cinco, porque da mucho juego. Pero convendrás conmigo en que ya lo tenemos muy visto, y además no es el que te traigo hoy.
Este arroz frito lo descubrí hace unos meses y he perdido la cuenta de las veces que he echado mano de él para acompañar todo tipo de platos, sean asiáticos o no.
Esta es mi versión de una receta de Kwam Homsai, de arroz frito con ajos, pero la mía lleva menos ajos y alguna otra cosita que también he variado para adaptarla a los gustos de casa. Pero le he sacado tanto partido a este arroz que por eso quiero enseñártelo y animarte a que lo pruebes, es muy sencillo de hacer y siempre está bien ampliar las opciones para una guarnición diferente.
Dejando a un lado el tipo de arroz, si es mejor una variedad u otra, de grano largo o redondo, jazmín, basmati, etc., lo interesante es que se hierva con antelación (incluso hacerlo el día antes) para que repose lo suficiente, aunque yo lo he hecho ya muchas veces con el tiempo justo y sinceramente no he notado tanta diferencia, por mucho que se me echen encima los puristas de la cocina tailandesa .
Ingredientes (2 o 3 personas):
- 2 tazas de arroz redondo previamente cocido
- 2 huevos
- 2 dientes de ajo
- 1/2 cebolla
- pimienta blanca
- 1 cucharada de salsa de soja
- 2 cucharadas de aceite de oliva suave
Elaboración:
1.- Hierve el arroz en agua con sal y déjalo un poco al dente porque luego hay que sofreírlo un ratito por lo que mejor que quede un poco duro que pasado. Si lo haces el día anterior lo dejas en la nevera en un recipiente tapado y si lo haces el mísmo día pues lo dejas en un colador para que se escurra bien y se enfríe.
2.- Pica los dientes de ajo y media cebolla, todo muy chiquitito.
3.- En una sartén o cazuela baja saltea el ajo muy picado en aceite de oliva suave o girasol hasta que empiece a tomar un poco de color pero sin que se queme.
4.- Casca un par de huevos y rómpelos con una cuchara removiendo como si hicieras huevos revueltos. Si vas a hacer más cantidad de arroz, añade más huevos. Yo pongo un huevo por persona.
5.- Sin dejar de remover añade la cebolla picada y sigue removiendo dos o tres minutos más. La cebolla debe quedar un poco al dente. No te preocupes porque no va a quedar dura en absoluto ya que la hemos picado muy chiquitita.
6.- Ahora incorpora el arroz y sigue removiendo todo el tiempo. Sazona con una pizca de pimienta blanca y una cucharada de salsa de soja. Sigue dando vueltas a todo el conjunto durante unos minutos, que por algo se llama arroz frito, para que se integren todos los sabores.
Y listo! Ya te dije que es muy sencillo, pero te va a sorprender para bien.
¡¡Nos vemos la semana próxima!!
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