El otro día, hablando con una amiga, me pidió que le diera una receta de bizcocho, pero simple, de los de siempre, con sabor a bizcocho tradicional. Pensando, se me vino a la cabeza esta combinación: Anís y Limón.
El limón es el ingrediente por excelencia, de antes y de ahora. ¿Qué bizcocho que se precie no lleva incorporado la ralladura de limón? Y en cuanto al anís (las semillas de anís, por supuesto. No le vamos a dar licor a los niños en el bizcocho) se utilizaba mucho en la repostería antiguamente. Ahora menos. Craso error, porque el anís confiere a los bizcochos un toque inigualable.
Aquí dejo esta receta, exquisita, para los amantes del bizcocho tradicional, aromática como pocas, que hará las delicias en cualquier merienda acompañado de una buena taza de té o café.
Solo un consejo: No lo paseis de tiempo. Tiene que quedar tierno, así que yo lo pongo 5 minutos menos de cocción en el horno.
Ingredientes:
250 gr. de harina
170 gr. de azúcar
150 gr. de aceite de girasol
50 ml. de leche
3 huevos
1 limón
1 sobre de levadura tipo Royal (15 gr.)
4 cucharaditas de semillas de anís (en Mercadona)
Elaboración:
Precalentar el horno a 180º. Calor solo abajo.
Rallar la piel del limón y exprimir el zumo.
Mezclar en un bol la harina y la levadura. Pasar por un tamiz o colador de malla. Añadir 3 cucharaditas de semillas de anís y mezclar.
En la Thermomix, ponemos el azúcar y glaseamos en velocidad 10. Añadimos la piel del limón y una cucharadita de semillas de anís, y volvemos a glasear en velocidad 10.
Añadimos los huevos y programamos 3 minutos, 40º y velocidad 4. Incorporamos el aceite, la leche y el zumo del limón. Mezclamos unos segundos en velocidad 4.
Si no tienes Thermomix, puedes usar unas varillas, empezando por mezclar el azúcar y los huevos unos 3 minutos, hasta que blanqueen y añadiendo después el resto de ingredientes.
Juntamos el batido de huevos con la harina y mezclamos suavemente, sin insistir demasiado. Lo volcamos todo en un molde de cake y metemos al horno durante 25 minutos.
Dejamos pasar 5 minutos y desmoldamos. Cuando esté frio, espolvoreamos con azúcar glass.