Hay días en que apetece “bizcochear”. Te pones en la cocina, te calzas el delantal, sacas la harina, los huevos y el azúcar y buscas algo para darle sabor. Luego tamizas, bates, mezclas, pruebas, viertes en el molde y disfrutas de ver cómo sube y del aroma que llena la cocina a medida que se va horneando. Después lo sacas y no puedes evitar tomar de alguna puntita mientras lo pones a enfriar sobre la rejilla.
Hace poco tuve un día de esos, y les tocó en la ruleta al mascarpone y el café. La idea era utilizar los sabores de un tiramisú y llevarlos a un bizcocho, pero no en un glaseado, sino en la masa. Con esta base hay cientos de fórmulas por internet, no voy a inventar nada. Pero quería hacerlo con una receta desde cero, a partir de la fórmula de un bizcocho básico y variándolo para añadirle esos sabores a mi gusto.
Así que tomé como base la receta del bizcocho de yogur y le apliqué diversas variaciones para acabar con esta preparación, que da como resultado un bizcocho esponjoso pero consistente, especial para mojar en una buena taza de desayuno.
Hay días “bizcocheros” en que el experimento sale mal, y hay otros en los que sale bien. Por suerte, éste fue uno de los segundos, así que aquí os traigo la receta.
Como siempre que uso tazas o cucharadas, son las medidas estándar de los medidores. Si no los tenéis, podéis usar para las equivalencias esta tabla de La Masía.
Vamos con la receta.
Ingredientes para 1 molde rectangular de 28 cm:
4 huevos camperos
1 taza de azúcar blanquilla
2 y 1/2 tazas de harina
150 gr de mascarpone a temperatura ambiente
1 tacita de café expreso llena
80 ml de aceite de sabor suave (oliva, girasol, soja, semillas, el que os guste)
2 cucharadas de cacao soluble sin azúcar
1 sobre de levadura
azúcar para decorar
Preparación:
1.- Precalentamos el horno a 180 ºC.
2.- Empezamos batiendo, con las varillas, los huevos con el azúcar hasta que blanqueen.
3.- Añadimos el mascarpone y el café y seguimos batiendo hasta que sea una crema fina.
4.- Añadimos el aceite y removemos bien.
5.- Tamizamos la harina con el cacao y la levadura. La incorporamos a la masa y mezclamos sin batir.
6.- Preparamos el molde forrándolo con papel de horno y un poco de aceite.
7.- Vertemos la masa en el molde y la espolvoreamos por encima con azúcar para que forme costra, y lo llevaremos al horno durante unos 40 minutos, hasta que al pincharlo con un palillo éste salga limpio.
8.- Lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla.
9.- Para conservarlo lo envolvemos en papel film.
¿Os animáis a prepararlo?
¡Que aproveche!