Me gusta utilizar los pistachos recién pelados porque le aportan más sabor y una textura más crujiente, aunque es difícil no caer en la tentación de comer alguno mientras les quitas la cáscara.¡ Te cuento cómo hacerlo!
INGREDIENTES
150 gr. de Aceite de girasol
150 gr. de Azúcar blanco
3 Huevos grandes
150 gr. de Harina de repostería
1 c/p de Levadura en polvo
2 c/s Zumo de limón
Ralladura de limón
100 g. de pistachos pelados
Para el glaseado de limón:
1 c/s zumo de limón
2-3 c/s de azúcar glass
Abreviaturas: c/p: Cuchara de postre,
c/s: cuchara sopera
ELABORACIÓN
Precalentar el horno a 180º C y cubrir un molde de Plum cake con papel de hornear.
En un cuenco, con ayuda de unas varillas eléctricas, montar las claras a punto de nieve y reservar.
Por otro lado,batir el aceite de girasol con el azúcar hasta obtener una crema blanquecina, añadir las yemas de 1 en 1, el zumo y la ralladura de limón y tamizar la harina con la levadura e incorporarla poco a poco a la mezcla anterior.
Agregar las claras a punto de nieve a la mezcla y batir con cuidado para que la mezcla no se baje. Agregar los pistachos pelados y troceados.Verter la mezcla en el molde y hornear a 180º C durante 30-35 minutos, hasta que la superficie esté ligeramente dorada y el bizcocho esté listo.
Para el glaseado, con el azúcar glass y el zumo de limón, formar una pasta fina que cubra el dorso de una cuchara.
Desmoldar , cubrir con el glaseado y algunos pistachos que habremos reservado.
Mis trucos:
Yo he utilizado un molde de plum cake, pero puedes hacerlo en un molde redondo o cuadrado, variando el tiempo de horneado, ya sabes que cada horno es un mundo.
Montar las claras a punto de nieve antes de añadirlas, hace que el bizcocho quede más esponjoso.
Si no te gustan los pistachos, cámbialos por almendras y el resultado es igualmente delicioso.
Para potenciar el sabor del limón me gusta añadir 1/2 cucharadita de jengibre en polvo, pero es opcional.