En el verano es muy frecuente encontrarnos con intoxicaciones alimenticias, debido a que se propician ciertas situaciones que desencadenan practicas riesgosas como: comer más alimentos fríos o sin cocinar (la cocción elimina muchas de las posibles bacterias); viajamos y tomamos alimentos en sitios que no frecuentamos habitualmente y en los que pueden estar mal almacenados, cocinados con agua distinta a la que tomamos habitualmente, etc. ; y sobre todo el calor hace que las bacterias se multipliquen y proliferen más rápido.
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Con el fin de ayudarnos a evitar intoxicaciones alimenticias como la salmonelosis o la producida por la bacteria E. Coli (de actualidad por la última crisis del pepino en Francia y Alemania), el Instituto Silestone apunta una serie de consejos muy útiles:
- Recordemos que la seguridad alimentaria depende de varias partes: se debe evitar consumir alimentos en mal estado y alimentos provenientes de empresas de baja calidad sanitaria, deben cumplir las normas de manipulación, conservación y etiquetado; las administraciones deben garantizar controles rigurosos de los mismos; y los consumidores debemos conocer las medidas básicas de conservación, traslado y limpieza de los alimentos.
Suponiendo que la labor de los productores y las administraciones se cumple, nuestros pasos a seguir para protegernos nosotros mismos de las intoxicaciones alimenticias serían:
- Fijarnos en el aspecto de los alimentos, posibles malos olores y cumplir la fecha de caducidad.
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- Indispensable no romper la cadena de frio, un alimento a temperatura ambiente esta propenso a la proliferación de bacterias.
- Cocinar y manipular adecuadamente los alimentos: cocinar las carnes y pescados a alta temperatura, lavar las frutas y verduras antes de comerlas o cocinarlas, y evitar la leche sin pasteurizar.
- Mantener una buena higiene en la cocina. Limpiar los utensilios cada vez que vayamos a emplearlos con otro alimento con el fin de evitar la contaminación cruzada.
- Si vamos de picnic, el Instituto Silestone nos apunta que hay que recordar conservar los alimentos que requieran frío en neveras; separar los alimentos crudos de los cocinados para evitar contaminación cruzada; preparar las ensaladas en el momento de tomarla con vegetales lavados en casa; si llevamos tortilla de patata, transportarla ya fría y con el huevo muy cuajado; evitar, en la medida de lo posible, llevar salsas con huevo y si optamos por recetas con este alimento, mantenerlas hasta el momento de su consumo en la nevera.
Estos sencillos consejos pueden hacer que tu verano sea perfecto y que no tengas que pasar por el peligro y el mal momento que ocasiona una intoxicación alimenticia.