En esta ocasión son de bacalao desalado y he utilizado unos recortes obtenidos de dejar cuadraditos unos lomos para cocinarlos al horno.
Son además una muy buena manera de introducir el pescado en las comidas de los niños.
Ingredientes:
1/2 cebolla.
150 gr. de bacalao.
1 huevo.
1 diente de ajo, sal y perejil
120 ml. de agua.
60 gr. de mantequilla.
80 gr. de harina.
1/2 cucharilla de levadura.
aceite abundante para freír.
Empezaremos desalando el bacalao. Como lo hagas normalmente estará bien y después cortándolo pequeño, en trozos de 1 cm. más o menos o desmigándolo con los dedos.
Cortamos la cebolla como para sofrito y la pochamos en 2 cucharadas de aceite hasta que empiece a trasparentar. Añadimos nuestro bacalao desmigado y le damos unas vueltas a todo junto durante 2 minutos. Mientras tanto, vamos picando el ajo y el perejil también muy pequeñitos.
Añadimos el ajo y el perejil picados a la sartén con el bacalao, la retiramos del fuego y mezclamos.
En un bol ponemos el agua hirviendo, le añadimos la mantequilla y una pizca de sal y removemos bien. Después vamos incorporando a ese agua la harina poco a poco para que no haga grumos y por último la media cucharilla de levadura. Removemos todo bien durante 2 minutos hasta obtener una masa suave y bastante compacta. Dejamos que pierda calor y cuando esté tibia añadiremos el huevo y removeremos bien hasta que nuestra pasata tenga consistencia de un puré de patata ligero.
Agregamos después al bol el contenido de la sartén y le damos unas vueltas para que se integren bien todos los ingredientes. Dejamos que esa masa repose unos minutos mientras preparamos una sartén amplia con abundante aceite y la ponemos al fuego. Nosotros ponemos la mitad de aceite de oliva y la mitad de girasol para que el sabor del aceite de oliva no le quite protagonismo al bacalao.
Cuando tengamos el aceite caliente, haremos bolitas de masa ayudándonos con dos cucharas y las iremos friendo a fuego fuerte pero no arrebatado. Es importante no hacer muchos buñuelos juntos por varias razones, para que el aceite mantenga una temperatura constante y para permitir que los buñuelos crezcan y no se peguen unos a otros.
Vamos sacando los buñuelos a un papel de cocina para que absorba el exceso de aceite y los iremos conservando en el horno caliente a 100 ºC, simplemente para mantener su temperatura, hasta que los tengamos todos fritos.
Servir inmediatamente y bien calientes. Pueden acompañarse por una mayonesa o un poco de salsa de tomate casera.