Ingredientes para cuatro-seis personas:
400 g de bacalao al natural
2 vasos de agua de la cocción del bacalao
200 g de harina de trigo
1/2 sobre de levadura
1/2 cucharadita de colorante alimenticio
6 dientes de ajo
Una cucharada sopera de perejil picado
Dos pizcas generosas de sal
Unas vueltas de molinillo de pimienta negra
Abundante aceite de oliva suave para freírlas
Elaboración:
Cuece las rodajas de bacalao en agua hirviendo con media cucharadita de sal durante 4 minutos, contando a partir de que el agua comience a hervir.
Saca el bacalao y déjalo enfriar.
Una vez este frío retira todas las espinas y pieles. Desmenúzalo.
Pica finamente los dientes de ajo.
Pon la harina junto con la levadura en un bol y mézclala.
Seguidamente añade el colorante alimenticio.
A continuación añade los dientes de ajo picaditos, el perejil, el bacalao, las dos pizcas de sal y la pimienta.
Añade dos vasos del agua de la cocción del bacalao y mézclalo todo bien hasta obtener una masa cremosa.
Déjalo reposar a temperatura ambiente, tapado con un paño limpio durante media hora.
Vierte aceite de oliva en una sartén y ponlo a calentar a temperatura media-alta.
Coge cucharadas de masa y fríelos por tandas en el aceite caliente hasta que estén dorados.
Al retirarlos del aceite hay que dejarlos reposar en un plato cubierto de papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
Se sirven calientes.
Si los deseas de un tamaño menor utiliza una cucharilla de postre en vez de una sopera, en mi zona se hacen del tamaño que os muestro en la fotografía, pero esto como en todo va al gusto.
Haz lo que te guste por el simple placer de hacerlo, cuando hacemos algo con expectativa de resultado no lo estamos disfrutando, hazlo únicamente por el placer de hacerlo….