Me considero una persona, que en cierta forma, sigue las tradiciones gastronómicas. Soy muy defensora de la cocina española y de sus recetas. Por eso, ya estaba tardando en cocinar estos Bueñuelos de viento. Ya sean de nata (crema de leche), de crema, de chocolate…, da igual, están riquísimos. Los hemos comido miles de veces y aun no nos hartamos de ellos.
Históricamente, este dulce es de origen sefardí, es decir, judío. Y teniendo en cuenta que en España hemos tenido la gran suerte de que por nuestra tierra han pasado diferentes culturas, no es de extrañar, que absorbiéramos esta tradición semita como propia.
La receta ha ido evolucionando con el paso del tiempo e incluso ha ido derivando en otras recetas como los profiteroles, las bombas, etc. Lo que sí se ha mantenido es el período de elaboración, pues es costumbre que se preparen en tiempos de Cuaresma y Semana Santa.
INGREDIENTES:
125ml de leche.
2 cáscaras de limón.
Una rama de canela.
50g de mantequilla.
1/2 cucharadita de sal.
Una cucharada de azúcar (y más para el rebozado).
75g de harina.
2 huevos (preferiblemente talla M).
Nata (crema de leche).
Aceite de girasol.
1º. Infusionamos la leche. Para ello la verteremos en un cazo con las cáscaras de limón, la canela y la calentaremos. Cuando empiece a hervir la retiraremos y la colaremos. A continuación, vertemos sobre ella una cucharada de azúcar y la sal para mezclarlo todo bien.
2º. A continuación, volvemos a verter la leche en el cazo y fundimos en ella la mantequilla. Cuando empiece a hervir, retiramos y echamos la harina tamizada y mezclamos. Os tiene que quedar una consistencia como la de la foto. Después, es hora de echar los huevos batidos. Cuando vertáis el segundo, debéis hacerlo poco a poco, según os vaya pidiendo la masa, porque a lo mejor, no es necesario echar del todo el segundo huevo. La consistencia debe ser la de una masa que tiene peso, pero que cae sin problemas. De tal forma que no quede ni muy líquida, ni muy sólida, lo que en cocina se conoce como punto pico de pato.
3º. Luego ponemos una olla con abundante aceite al fuego. Una vez esté caliente, ayudándonos con dos cucharillas, vamos haciendo bolitas que irán directas al aceite. Para saber si la olla está suficientemente caliente, podréis observarlos si la masa que vertamos empieza a flotar en el aceite y a burbujear. Si es así, perfecto. Poco a poco y con la ayuda de una espumadera, iremos moviendo los buñuelos para que se vayan friendo por todas sus caras. Una vez hechos y aun calientes, los rebozamos en abundante azúcar.
4º. Mientras se enfrían los buñuelos elaboramos la nata montada (crema de leche), la cual introduciremos en una manga pastelera. Para rellenar estos dulces, basta con hacer una incisión en algunos de sus lados, ya sea con un cuchillo o con unas tijeras. Tened en cuenta, que los buñuelos están huecos por dentro, por lo que la nata (crema de leche) será bienvenida.
Y listo, ya tenemos nuestro dulce de Pascua hecho. También podéis decorarlos con azúcar glass, aunque creo que queda más rico con azúcar normal. El resultado son unos bocados de nata (crema de leche) riquísimos con matices a limón y canela.
.