Si no lo has hecho, te comento que son muy parecidos a los alargados, tanto en sabor como texturas y tiempos de cocción. Quizá lo único que cambia es que la piel es algo más gruesa que la de los calabacines alargados que usamos desde siempre.
Como primer acercamiento hemos decidido hacerlos rellenos y acabados en el horno. Lo cierto es que han quedado muy ricos y vistosos.
Ingredientes:
3 calabacines redondos.
1/2 cebolla.
1 diente de ajo
1 o 2 zanahorias.
1 pimiento verde.
1 tomate maduro.
200 gr. de arroz hervido.
150 gr. de queso manchego semi rallado.
Aceite, tomillo, sal y pimienta.
Limpiamos los calabacines, les cortamos un poco la parte de arriba, a modo de tapa, los vaciamos con una cucharilla y mucho cuidado para no agujerear la piel, y los ponemos en agua hirviendo unos 10 o 15 minutos. Se trata de dejar la parte externa del calabacín algo más tierna, pero ni mucho menos cocida y blanda.
Mientras tanto, en una sartén amplia con 4 cucharadas de aceite, vamos pochando las verduras. Primero ponemos la cebolla cortada para sofrito e inmediatamente después la zanahoria y el pimiento verde cortados también pequeñitos. Le damos unas vueltas a todo y dejamos cocinar 5 minutos.
Añadimos después el tomate cortado pequeño y el relleno del calabacín que hemos extraído antes con una cucharilla. Salpimentamos y dejamos hacer todo junto durante 10 minutos.
Cuando las verduras estén a nuestro gusto, retiramos la sartén del fuego. Salpimentamos, ponemos un poco de tomillo y añadimos el arroz hervido y el queso rallado. Mezclamos muy bien.
Rellenamos los calabacines, que tenemos escurriendo del exceso de agua sobre un papel de cocina, con unas cucharadas de las verduras con arroz y queso que tenemos en la sartén. Debe quedar el relleno algo por encima del nivel del calabacín, y ponemos un poco de queso rallado sobre el relleno. Normalmente estos calabacines se aguantan de pié pero, si encontráis alguno que se cae, podéis cortar un poco la base para dejarlo lo suficientemente estable para que no se caiga.
Ponemos los calabacines en una fuente de horno y también las tapas con un poco de queso, y los horneamos hasta que el queso esté dorado. Unos 12 o 15 minutos son suficientes.
Servir un calabacín por persona, con la tapa puesta y bien calentito.