Las Navidades son sinónimo de consumo, de derroche. La iluminación de las calles y de los escaparates nos ciega y nos invita a comprar y comprar, muchas veces sin pararnos a pensar en lo que hacemos. La comida no es una excepción. Por estas fechas se tira la casa por la ventana, pero siempre hay que pensar en el día después. Con esta reflexión no queremos amargaros las fiestas, sólo recordaros que existe la denominada cocina de aprovechamiento que se hace a partir de las sobras de una gran comilona. En Catalunya, por ejemplo, el día de San Esteban, posterior al de Navidad, suelen hacerse canelones rellenos de la carne del cocido del día anterior. Partiendo de esta idea hemos hecho unos canelones de lechazo churro, el cordero que sólo ha mamado leche de la madre. El lechazo es el rey de la gastronomía castellano-leonesa y no puede faltar en los días festivos. Si tenéis la fortuna de que os sobre algo podéis hacer con pasta filo unos canelones delgados o rollitos rellenos de lechazo. Si los acompañáis con escarola y granada, son un manjar delicioso y prolongan la fiesta, como mínimo, un día más.
RECETA
.
INGREDIENTES
Sobras de carne asada de lechazo (cortado en trocitos muy pequeños).
Pasta filo.
Mantequilla.
1 huevo para pincelar.
.
PREPARACIÓN
Cortar cuadrados de pasta filo de 15X15 cm.
Derretir la mantequilla unos segundos en el microondas.
Pincelar cada cuadrado de pasta filo.
Colocar dos cuadrados, uno sobre el otro y poner unas cucharadas de carne de lechazo en diagonal, de esquina a esquina.
Doblar las esquinas opuestas del cuadrado y enrollar.
Pincelar con huevo batido y hornear unos minutos hasta que estén dorados.
Servir bien caliente.