Combinación de texturas en un entrante sabroso, ligero y fresquito.
Ingredientes para 4 raciones:
1 calabacín amarillo
1 aguacate
1 puñado de pistachos pelados
16 hojas tiernas de espinacas (brotes)
1/2 lima (el zumo)
Aceite de oliva virgen extra, vinagre de Módena, pimienta negra en grano.
Elaboración:
Lavar las hojas de espinaca y colocar 4 en el fondo de cada plato.
Lavar el calabacín cortarlo por la mitad a lo ancho y laminarlo con la mandolina o con un pelapatatas. Repartir las laminas sobre las hojas de espinaca.
Pelar y cortar el aguacate a gajos lo más finos posible. Rociarlos con el zumo de lima y repartir sobre el calabacín.
Picar los pistachos sin que se conviertan en polvo, han de quedar a trocitos.
En un biberón o en un bote con tapa preparar la vinagreta, con 2 cucharadas de aceite, unas gotas de vinagre y pimienta recién molida. Agitar para que se mezclen bien y rociar el carpaccio.
Se puede hacer perfectamente con calabacín verde, si no encontráis los amarillos, aunque vale la pena probarlos porque son dulces y tiernos. Su ligero crujiente, combinado con la untuosidad del aguacate y los tropezones de pistacho hacen de este entrante un placer para el paladar. Y, ya veis que, para mi gusto, esta vinagreta no necesita sal. Se me ocurre que no estaría mal finalizar la presentación con un poco de ralladura de lima por encima.