Quizás no pueda ir al Caldero Chorreante aun, ya que de momento soy una simple muggle. La verdad, no sé cuando piensa Correos entregarme mi carta de Hogwarts, pero bueno… Mientras tanto me conformo con hacer mi propia cerveza de mantequilla.
Los grandes fans de Harry Potter saben de lo que hablo, pues se trata de la bebida favorita de los grandes magos. Hasta Voldermort en sus años mozos se fue de parranda con los de Slytherin, alguna vez, a base de cerveza de mantequilla.
Sin embargo, son pocos los que conocen el ingrediente estrella de esta cerveza, que no es otro que la mantequilla Imperial. Un producto cien por cien español y que lleva desde 1920 trabajando por conseguir un mantequilla de calidad. Ellos sí que son verdaderos magos.
INGREDIENTES:
3 cucharadas de azúcar morena.
4 cucharadas de mantequilla Imperial.
1/2 de vaso de leche o nata (crema de leche) líquida.
Nata montada (crema de leche).
Esencia de vainilla.
Agua con gas.
Canela.
Sirope de chocolate.
1º. En un caldero mágico posamos la mantequilla Imperial con el azúcar moreno y lo ponemos al fuego. En el momento en el que veáis que esta mezcla se transforma en un caramelo de color intenso, debéis añadir la leche o la nata (crema de leche) caliente y finalmente, la esencia de vainilla.
2º. Luego esperamos a que la mezcla hierva. Una vez hecha, debemos dejar reposar para que se enfríe. A continuación, colamos la mezcla y nos aseguramos de que ha quedado homogénea. Después cogemos una jarra de cerveza y la llenamos unos dos o tres dedos con esta elaboración. Luego vertemos el agua con gas.
3º. Al echar el agua con gas, comprobaréis que sale espuma directamente. Es decir, como si fuese una cerveza, pero si veis que no es suficiente, podéis añadir nata montada (crema de leche) para que parezca que tiene más. Además, podéis aderezarla con canela y sirope de chocolate.
El resultado es una cerveza de mantequilla deliciosa, de sabor dulce y refrescante a la vez. Yo creo que los ingredientes que he usado también han ayudado a que esta receta salga perfecta. Es decir, no es lo mismo usar una mantequilla cualquiera, que usar mantequilla Imperial.
Si simplemente untándola en una tostada por la mañana ya me resulta deliciosa, imaginárosla en las galletas o en los bizcochos. Definitivamente, esta mantequilla es la clave para que las recetas salgan para chuparse los dedos.
Además, no solo estamos hablando de un producto de calidad, sino también de una empresa compuesta por verdaderos profesionales. Profesionales trabajadores, pues se nota que cuidan el producto desde sus comienzos y encantadores, sobre todo con sus clientes. Desde aquí quiero mandar un saludo muy grande tanto a Pilar como a Aída, quienes se han portado estupendamente conmigo. Gracias por todo. ¡Os deseo lo mejor!