Parece que por fin el frío empieza a entrar, al menos en el Sur. Así que es un buen momento para un cocido poderos en una olla de barro, a fuego lento, incluso al amor de la lumbre en una chimenea.
200 g de garbanzos en remojo del día anterior
Un trozo de carne de ternera, la costilla de ternera o el jarrete es perfecto para esto
Un trozo de papada de cerdo
Un trozo de tocino salado
Un trozo de tocino fresco
Un trozo de col
Unos huesos salados
Un trozo de magro de cerdo
Chorizos para guisar, al menos 3
Un cuarto trasero de pollo
Tres patatas peladas
4 o 5 zanahorias peladas
Un puñado de judías verdes
2 dientes de ajo
Sal al gusto
Hoja de laurel
Las carnes las lavaremos antes en agua y a los tocinos les rasparemos la piel y la sal a aquellos que la lleven. A mí los tocinos y los huesos salados, me gustan meterlos en agua caliente un rato, para eliminar el rancio y el exceso de sal.
En una olla amplia o en barro, como es nuestro caso, ponemos las carnes y la candela al mínimo. Cuando empiece el agua a hervir, añadimos los garbanzos y empezamos a espumar, para quitar exceso de grasas, y flatulencias. Me gusta retirar el exceso de grasa, sobre todo el de los chorizos y las morcillas.
Bien, una vez deje de salir espuma, tapamos y dejamos cocer todo a fuego lento unos 90 minutos. Esto depende de las legumbres y de la dureza del agua. Cuando las carnes estén blandas y el garbanzo en su punto, añadimos las patatas, laurel, ajos, zanahoria, judías y la Col. Dejamos que se ponga todo tierno. Salpimentamos
Una vez tiernas las legumbre, sacamos las carnes y las servimos para comerlas como pringá, cada comensal. Las legumbres con el caldo y las coles en un plato con una hojita de hierba buena y a tocar el cielo con las manos. Esto está mejor reposado de un día para otro.
Muy, muy fácil, No puedo decir más que: seáis muy felices, si o si, no hay opción