Y digo lo de un día de fiesta por que estas costillas son para disfrutarlas, para comerlas tranquilamente un día de solecito y pringarte todo lo que puedas y más con su salsa ¡que está deliciosa! Con el primer bocado puede que os parezca muy dulce, pero no lo es. Al principio nos asustamos pensando que habíamos hecho unas piruletas de carne jeje pero no, conseguimos darle el punto justo para que la carne no perdiera su sabor y te quedara un gustillo dulce al final, sin ser pesado ni empalagoso.
Además, son de esas recetas que no cuesta nada prepararlas, colocas todo en la bandeja y solo te tienes que preocupar de ponerle un poco de salsita por encima y procurar que no se te queme jeje aunque veo difícil que se te quemen por que cuando te venga el olorcillo que desprenden mientras se hornean, te aseguro que te costará alejarte de su lado...
Nosotros hemos acompañado este costillar con unas ricas verduras al horno por que nos encantan pero, como siempre, podéis adaptar las verduras a vuestro gusto o incluso acompañarlas de una ensaladas, unas patatas fritas, un puré, etc.
Ingredientes (para dos personas)
Un costillar de cerdo
1/4 de una lata de cerveza tostada de abadía
50 ml. de sirope de arce
Tomillo y romero al gusto
Sal y pimienta
Aceite de oliva
Unas verduras para acompañar: pimiento rojo, pimiento verde, patata y cebolla morada
Preparación
Pon a precalentar el horno a 225ºC con calor arriba y abajo.
Parte el costillar en dos piezas si no lo tienes ya cortado y colócalo sobre la bandeja del horno al revés, con la parte del hueso hacia arriba. Limpia muy bien las verduras y colócalas en trozos grandes para que se asen poco a poco sin quemarse. Si dejas las patatas con piel estarán mucho más ricas, además de aumentar la cantidad de nutrientes y fibra.
Salpimienta solo las verduras, ya que la carne la salaremos con la salsa y añade un buen chorro de aceite de oliva por todas las piezas, esta vez incluyendo a la carne. Mete la bandeja en el horno una media hora aproximadamente.
Mientras, podemos preparar la salsa con la que untaremos las costillas.
En un bol añade el sirope de arce, la cerveza tostada de abadía, tomillo y romero al gusto, la sal y la pimienta.
Bátelo todo para que se mezcle bien y emulsione hasta tener un aspecto parecido a este y reserva:
A la media hora de horneado, saca la bandeja del horno y con la ayuda de un pincel da una capa generosa de salsa de sirope y cerveza por los dos lados de la carne.
Cuando le des la vuelta al costillar para ponerle la salsa, ya no lo muevas más y deja que se hornee en esa posición con la parte con más carne hacia arriba.
Mete de nuevo la bandeja en el horno, baja la temperatura a 200ºC y mantenlo una hora más aproximadamente, hasta que la carne esté tierna y se desprenda fácilmente del hueso. Cada media hora añade un poco de salsa por encima de la carne hasta que se termine.
Si ves que las verduras se están asando demasiado puedes retirarlas antes o añadirlas un poquito más tarde.
Servir inmediatamente y ¡disfrutar!