De las muchas formas de prepararlas que hay, yo he elegido la más sencilla pero no la menos sabrosa ¡Han quedado los huesos de milagro!
Las podéis acompañar con patatas también asadas, pimientos, tomates y con cualquier tipo de salsa que os guste. En vez de la típica salsa chimichurri que a mi me encanta, he hecho un ajo rústico que acompaña muy bien las carnes sobre todo asadas, es suave, cremoso y mucho mas tolerable por estómagos delicados.
Vamos al trabajo:
Para preparar las costillas al horno con ajo rústico necesitamos:
INGREDIENTES:
1 costillar de cerdo que no tenga excesiva grasa (1,100 kg. aprox.)
Sal gorda
Aceite de oliva (un chorro)
Pimienta
5 dientes de ajo
Zumo de 1 limón
½ vaso de vino blanco
Perejil.
Para sazonar las costillas ponemos en el mortero la sal, los ajos picados o aplastados, el perejil picado, la pimienta y machacamos todo junto. A continuación añadimos el zumo de limón, el vino blanco y el aceite, removemos todo.
Ponemos el costillar entero en una bandeja apta para el horno, volcamos el adobo sobre la carne y frotamos con las manos por los dos lados, lo dejamos unas horas ó toda la noche para que esté más sabroso.
Cuando vayamos a hornear las costillas precalentamos el horno a 190º y procuramos pintar la superficie del costillar con los jugos que estarán en el fondo de la bandeja.
Metemos en el horno aproximadamente 60 minutos, 30 por cada lado. Depende un poco del horno y también del grosor de la carne así que los tiempos son orientativos.
Pasados el tiempo de cocción encendemos el grill a 200º y dejamos 10-15 minutos más para que se doren.
Preparación del ajo rústico:
INGREDIENTES:
2 cabezas de ajos enteras
Aceite de oliva
No tiene ninguna dificultad, solo hay que cortar cada cabeza de ajo un poco más arriba de la mitad respetando el tallo interior del ajo, y rociarlo con aceite. Lo podemos meter al horno junto con las costillas.
Haciéndolo de esta forma el ajo pierde el picor y sabor fuerte que a veces es molesto, queda untuoso y para mi gusto muy agradable para acompañar costillas o cualquier otra carne.
Si vais a utilizar el ajo rústico para otra cosa y no lo hacéis a la vez que una carne al horno podéis hacerlo al fuego, yo lo hago así:
1 vaso de aceite de oliva
2 cabezas de ajos enteras cortadas como en la opción anterior.
En un cazo pequeño ponemos al fuego el aceite a baja temperatura, que nunca llegue a burbujear. Introducimos los ajos procurando que queden cubiertos por el aceite hasta que estén blanditos, si os pasáis mucho de tiempo los dientes de ajo se saldrán hacia arriba.
Haciéndolo de esta forma además de conseguir un ajo suavísimo obtendremos un aceite aromatizado con ajo que una vez frío nos sirve para aliñar y acompañar diferentes platos.
¡Y nada más, a comer! Ya podemos poner la mesa y servir las costillas al horno con ajo rústico cortadas y acompañarlas con la guarnición que hayáis elegido. ¿Preparados para untar ajo y mancharos los dedos? Ñammmm yo me apunto!
.