Es una receta que podemos realizar durante todo el año, ya que es muy versátil, y podemos tomarla tanto fría como caliente.
Ingredientes:
1 calabacín grande (600g)
1 cebolla
1/2 litro de caldo (o en su defecto agua y una pastilla de caldo concentrado)
1/2 vaso de leche
3 quesitos (light)
Aceite de oliva
Pimienta
Sal
Nuez moscada y/o albahaca (opcionales)
Lavamos muy bien los calabacines, ya que dejaremos la piel para que le de más color a nuestra crema y también para no perder lad vitaminas que hay en ella.
Picamos pequeñita la cebolla y la pochamos en el aceite. Cuando esté transparente, añadiremos el calabacín en rodajas; rehogamos durante un par de minutos y cubrimos con el caldo y la leche.
No necesitamos mucha cantidad de líquido, ya que queremos que espese un poco y no vamos a usar nata (crema de leche); además el calabacín tiene bastante agua.
Dejamos cocer a fuego medio durante unos 15 min. Trituramos con la batidora, añadimos los quesitos y volvemos a triturar.
Probamos y rectificamos de sal. Es el momento de añadir, si queremos, la nuez moscada, la pimienta y la albahaca, cantidades a vuestro gusto.