En verano no sólo nos debemos a los helados, también nos debemos a las verduras y hortalizas de temporada. Es en esta época cuando el elenco de productos frescos se abre como una abanico de posibilidades ante nosotros: tomates, pepinos, calabacines, pimientos, y calabaza.
Y es la calabaza la hortaliza que nos ocupa en esta receta. En concreto, una calabaza blanca y gigante que llegó a casa y rápidamente me las tuve que ingeniar para cocinarla de diferentes formas antes de que se estropease.
Las propiedades de esta hortaliza son muchas en cuanto a propiedades nutritivas y se trata de una hortaliza con un escaso valor calórico. Lo que más me ha llamado la atención es que calabazas, sandías, melones, pepinos y calabacines están emparentados, es decir, pertenecen a la misma familia.
Ingredientes:
- 900 gr. de calabaza blanca (ya pelada)
- 2 zanahorias
- 100 gr. de cebolla
- Medio nabo
- Aceite de oliva virgen extra
- Pimienta negra en polvo
- SalModo de preparación:
Pelaremos la calabaza y la haremos trozos pequeños. Lavaremos las zanahorias, les quitaremos la piel y las cortaremos en trozos pequeños. Picaremos la cebolla. Lavaremos el nabo, le pelaremos y cortaremos en rodajas muy finitas.
En una cacerola, con una base de aceite de oliva, pondremos la cebolla y las zanahorias y lo pocharemos a fuego lento durante unos 5 minutos. Después añadiremos la calabaza troceada, le daremos un par de vueltas y cubriremos las verduras con agua. Le pondremos un poco de pimienta negra y sal. Lo dejaremos cocer hasta que las verduras estén blanditas. Lo que más tarda en cocer es la zanahoria, así que serán éstas nuestra referencia para saber cuando debemos retirarlas del fuego.
Dejaremos templar las verduras, y después procederemos a separar las verduras del caldo con la ayuda de un "escurridor de verduras". El caldo lo guardaremos porque es perfecto para utilizarlo después en sopas y otras recetas que necesiten de caldo.
Trituraremos las verduras con la batidora hasta que no queden trozos grandes. Para hacerlo más fino podéis pasarlo por un pasapurés. En caso de que la crema quedase espesa podéis aligerarla con unas cucharaditas del propio caldo resultante de cocer las verduras.
Unos minutos antes de consumirlo será cuando preparemos las chips de nabo. Os recuerdo que las rodajas de nabo deben ser muy finitas. Las freiremos en una sartén con aceite bien caliente hasta que sus borden comiencen a dorarse. Estas chips se las pondremos por encima a la crema, justo en el momento de servir.