Receta para hacer crema de hinojo y calabaza
Y pensar que hubo un tiempo en el que odiaba todo tipo de cremas? Y ahora me encantan!! Es curioso como nuestros gustos van cambiando con el paso del tiempo, lo que nos volvía locos de pequeños, cuando dejamos de serlo, ya no nos seduce tanto, y, en contraposición, comidas de cuchara con las que ahora disfruto sobremanera, cuando era un renacuajo no podía verlas. Las cremas es una de esas comidas que he pasado de odiar a adorar, me gusta elaborarlas con multitud de ingredientes, de entre mis preferidas están la crema de salmón y gambas con espinacasy la crema de puerros con seitán y habas, dos opciones deliciosas con las que disfrutar en cualquier momento del año.
Hoy os traigo una receta de una crema de hinojo y calabaza, dos productos que pueden ser encontrados fácilmente en estas fechas en los mercados españoles. Es una crema con un sabor intenso, en la que se combinan maravillosamente bien la dulzura de la calabaza con el toque de frescor que aporte el hinojo. Es un plato muy nutritivo, lleno de las propiedades que le transmite el hinojo, siendo este un vegetal cuyo consumo nos aporta grandes beneficios. El hinojo tiene diversos efectos sobre nuestro organismo; es diurético, mejora la digestión, regula la actividad hepática, mejorando nuestro metabolismo, y es una magnífica fuente de antioxidantes que protegen a nuestras células de los radicales libres.
Como podéis ver, esta crema está compuesta por tan solo unos pocos ingredientes, y es que, numerosas elaboraciones culinarias atienden a eso de "menos es más", y esta crema es un claro ejemplo de ello, no hace falta añadir ningún extra, el hinojo ya aporta el suficiente sabor por si mismo para hacer de este un plato que no puedes perderte.
¿Estáis preparados para elaborar una de las cremas más ricas del mundo?
Pues no perdamos más tiempo!! Vamos con la receta!Vídeo de la Receta
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Ingredientes [Para 6 personas]:
Calabaza - 750 gramos
Hinojo - 1/2 bulbo
Cebolla -1 unidad
Diente de ajo - 1 unidad
Sal - al gusto
Aceite de oliva - 3 cucharadas
Jengibre - 1/2 cucharadita
Nata (crema de leche) líquida - 150 ml
Caldo de verdura 500 ml
Almendra laminada - para espolvorearElaboración de la Receta
Comenzamos esta receta pelando el diente de ajo y picándolo finamente. Hacemos lo mismo con la cebolla.
Calentamos un buen aceite de oliva en una olla. Yo siempre suelo usar aceite de oliva virgen extra de extracción en frío, ya que es un aceite que no ha sido refinado y que conserva intactas todas las cualidades de la aceituna.
Cuando el aceite está caliente, añadimos la cebolla y el diente de ajo. Pochamos, a fuego medio, hasta que ambos ingredientes estén tiernos.
Mientras tanto, cortamos en trozos medianos el hinojo.
Retiramos la piel a la calabaza y la troceamos.
Echamos en la olla ambos ingredientes junto con un poco de sal y el jengibre. Mezclamos con la ayuda de una espátula.
A continuación, añadimos la nata (crema de leche) líquida y el caldo de verduras. Mezclamos bien para que la nata (crema de leche) se distribuya por toda la olla. Llevamos a ebullición. Cuando rompa a hervir, cocinamos, a fuego medio, durante 20 minutos o hasta que la calabaza esté tierna. El tiempo de cocción dependerá del tamaño de los trozos de calabaza. No es necesario que éstos se deshagan en la olla, con poder hundir un poco en ellos la punta de un cuchillo es más que suficiente.
Cuando la calabaza esté lista, retiramos la olla del fuego y trituramos su contenido con ayuda de la batidora de mano. Debe quedar una textura fina, en la que no haya trozos de verdura.
Mientras la crema se enfría un poco, tostamos ligeramente las láminas de almendra en un cazo sin nada de aceite. Simplemente las ponemos en el cazo, a fuego suave, y vamos removiendo hasta que cojan un poco de color.
Llegados a este punto, ya podemos servir nuestra crema. Si lo deseamos, además de las láminas de almendra podemos espolvorear por encima un poco de las hojas del hinojo picadas bien finas.
Anotaciones y Consejos
A la hora de comprar el bulbo de hinojo, elegid ejemplares que presenten una piel bien tersa y brillante. Si han perdido parte de su brillo, es preferible descartarlos. Del mismo modo, intentad comprar una calabaza pequeña, antes que comprar trozos de calabazas más grandes que pueden llevar cortados mucho tiempo, lo que habrá provocado la pérdida de su frescura.