Esta es una entrada que tenía pendiente desde hace tiempo. Debía estar guardada en algún lugar oculto de mi cabeza que la organización de nuestro próximo viaje familiar ha desbloqueado.
Aproveché mi última visita a Madrid para hacer un poco de ruta foodie. Siempre voy con una lista de sitios que tengo que probar y la fantástica Creperie Olive era uno de ellos.
Conocimos este delicioso lugar un domingo de rastro. Después de patearlo de arriba abajo buscando muebles para la nueva casa de mi amigo Jon, necesitábamos un lugar que nos reconfortara. No nos equivocamos con la elección.
Olive se sitúa frente al Centro Cultural Conde Duque. Es un café muy pequeñito pero agradable, luminoso y decorado con mucho encanto: paredes recubiertas de madera, muebles recuperados y muchas flores. Tienen una exquisita selección de libros y revistas que nos vinieron de maravilla: todos sufrimos un momento de desconexión ojeando las revistas.
Esta creperie de alma francesa no solo destaca por su decoración sino por su riquísima comida: desayunos y meriendas hechos con productos ecológicos, menú del mediodía y brunch los fines de semana. Tiene una amplia variedad de crepes tanto dulces como salados: entre los recomendadísimos el de jamón ibérico y tomate ecológico, o el de Kinder Bueno, que te transportará a la infancia de inmediato.
Yo que era la única dulcera del grupo me tomé un té blanco con un crepe de Nutella y plátano que estaba de muerte. De los mejores crepes que me he comido en mi vida seguro.
Ahora que empieza el buen tiempo y con él, los planes bonitos, creo que deberías incluir a la Creperie Olive en alguno de ellos. Te aseguro que te encantará.