Son el plato definitivo para hacer a los niños, para que se pasen el resto de la vida diciendo a las candidatas a nueras "Tú es que no sabes hacer croquetas como las de mi mamá" (la guerra es la guerra, chicas).
La receta es muy fácil y me imagino que la gran mayoría ya la conocéis, pero por si acaso os la pongo.
CROQUETAS DE CHORIZO; RECETANecesitamos (para 12 croquetas grandes):
- mantequilla, unos 50 gramos
- harina, entre 80-100 gramos
- sal
- nuez moscada
- leche entera (unos 750 ml)
- chorizo picado (unos 100 gramos)
- un huevo batido
- pan rallado (preferiblemente grueso; para este tipo de croquetas queda mucho mejor)
Lo primero es hacer una bechamel espesa. Para ello en una cazuela a fuego suave ponemos a derretir la mantequilla (aproximadamente dos cucharadas).
Añadimos la harina que admita (esto es muy fácil de comprobar; la harina coge color amarillento pero queda suelta, desprendiéndose fácilmente de las paredes de la cazuela).
Añadimos poco a poco la leche removiendo continuamente para evitar grumos. Hay que remover con una espátula o tenedor de madera.
A medida que la salsa vaya engordando vamos añadiendo más leche hasta tener una salsa espesa y perfectamente ligada. Llevamos a ebullición con mucho cuidado de que no se pegue a la cazuela.
Es el momento de añadir la sal y la nuez moscada.Retiramos del fuego y añadimos el chorizo picado muy fino (yo lo compro ya picado, de los que venden para macarrones).
Removemos hasta que se reparta bien y la bechamel coja color rojizo. Extendemos sobre un plato y dejamos enfriar. Es conveniente meter la masa a la nevera para que se solidifique.
Cuando la masa esté fría (y bastante más solida) damos forma a las croquetas y las pasamos por huevo batido y pan rallado grueso (para que queden más crujientes).Las freímos en aceite muy caliente.
Y ya tenemos unas deliciosas croquetas de chorizo listas para comer.
Aunque creo que nunca sabréis como resisten la congelación (porque se acaban en un plisplas, creerme) la realidad es que aguantan genial. Lo ideal si hacéis un montón es que las congeléis sin freír pero ya pasadas por huevo y pan rallado.
No es una receta ligera, lástima, pero están tan buenas que es imposible resistirse (hacerlas y ya me contaréis).
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