Aunque la receta tradicional implica prácticamente la elaboración de un queso, cortando leche fresca y haciéndola pasar por diferentes fases de fermentación, en nuestro caso vamos a realizar un acercamiento infinitamente más sencillo y rápido. Somos vagos, se nos pasa el arroz y no tenemos tiempo que perder hasta que empiecen a subirnos los triglicéridos y no podamos seguir comiendo guarradas.
INGREDIENTES
Nata (crema de leche) para montar con al menos un 35% de materia grasa
El zumo de un limón
PREPARACIÓN
Maldita sea, casi nos avergüenza escribir una entrada para esto, porque tan sólo hay que añadir al recipiente con la nata (crema de leche), unas cucharadas del zumo de limón mientras removemos con energía. El ácido cítrico, en nuestro caso, proporciona el sabor agrio que en la receta tradicional vendría dado por el ácido láctico producido por la acción bacteriana durante el proceso de fermentación. Los únicos bichos que contendrá nuestra receta, serán los que añadáis si no os laváis las manos antes de cocinar.
Curiosamente, la nata (crema de leche) comenzará a cuajarse adquiriendo una consistencia cada vez más espesa. ¡Viva la química! Si esto no ocurriera, habría que añadir unas cucharadas más de limón. Si aún así nuestros intentos resultan vanos e infructuosos, sería el momento de bajarse al bar, pedir una caña y reflexionar sobre si la nata (crema de leche) contiene exactamente la elevada cantidad de grasa que necesitamos.
Por supuesto, podemos añadir una pizca de sal al emplearla para recetas saladas, salsas, o cremas para remojar los snacks y hacerlos aún más calóricos -¡olé!-.
LA CREMA AGRIA EN REPOSTERÍA
En repostería, que al fin y al cabo es lo que nos interesa, se emplea para darle alegría a las cremas. Además incorporándola a las masas, añade un extra de humedad y las hace menos secas. También las hace más consistentes que las preparadas con leche, sin olvidarnos del sabor particular y ligeramente ácido que añadirá a nuestras preparaciones. Hay que tener en cuenta que en combinación con el bicarbonato sódico que se emplea en muchas recetas, la crema agria levará, así que no os asustéis si pensáis que obtendréis un peñón por bizcocho.
Como curiosidad, la leche (nata (crema de leche) en nuestro caso) para elaborar crema agria en la industria alimentaria, suele llevar en torno a un 18%-20% de materia grasa si se emplea el método que estamos utilizando: acidificar el lácteo. Añadiendo además espesantes y estabilizantes se consigue con menos grasa una crema consistente y espesa. En esta receta, aumentamos la grasa para conseguir el mismo resultado sin la porquería de las soluciones más industriales, que con las que leemos a diario en la prensa, son más que suficiente para mantener una nausea permanente y fresquísima.
Os recomendamos un interesante artículo (en inglés) sobre como el empleo de diferentes lácteos afecta a las características de la misma receta de bizcocho: WHICH DAIRY MAKES THE BEST CAKE?
Ya sabéis una cosa más que antes seguro que no sabíais. Ahora a probar y experimentar.
Imagen FreeImages: Alecsandro Andrade de Melo