Las batatas (desde pequeña en casa, en Málaga, siempre henos llamado así a este tubérculo) o boniatos son un auténtico milagro de la naturaleza. Tienen un aspecto nada atractivo, pero una vez que los cueces o los horneas y le quitas la piel asistimos a lo imposible: la carne ligeramente anaranjada de la batata es dulce, suave, melosa. Sola ya de por sí es un auténtico manjar: prueba si no me crees a hornearlas bien limpias durante 50 minutos, a 200 grados, hasta que al pinchar su interior lo notes blando. Déjalas enfriar un poco y cómelas así, peladas, tal cual. Ya me dirás Pero también puedes usar este ingrediente tan especial para hacer otras preparaciones. Una de ellas, esta que hoy os traigo: las delicias de batata (boniato) y coco.
Cuando las familias no tenían a su alcance tantos dulces como hoy día, se reunían en los días previos a las fechas señaladas, como Navidad, y preparaban entre todos roscos, pestiños, buñuelos y estas delicias de batata y coco. Todos dulces con ingredientes humildes y económicos que, como por arte de magia, se transformaban en auténticas delicias. Nosotros en casa, en los días previos a Todos los Santos o antes de Navidad, seguimos manteniendo la tradición e intento hacer con los niños algunas recetas tradicionales, como los riquísimos buñuelos de viento (puedes ver la receta si pulsas aquí), roscos fritos (si queréis una receta espectacular, pulsad aquí) o estos bombones de batata tan ricos.
Estas delicias de batata están riquísimas de un día para otro, y duran días en perfecto estado. Cuando vayas a ponerlas en la mesa, puedes espolvorearlas con un poco de azúcar glas. Y acompañadas de una copita de vino dulce de Málaga están ¡Increíbles! Son ideales para una sobremesa especial, como en las fiestas de Navidad, y son un regalo perfecto si tienes que obsequiar con un detalle especial a algún ser querido.
Antes de empezar unos consejos rápidos:
Puedes comprar los boniatos en el supermercado, y estarán muy ricos, pero si puedes, cómpralos en una frutería de tu barrio. Además de asegurarte de que sean de proximidad y ayudar a los productores de tu zona (¡en Málaga tenemos unas batatas riquísimas!), serán mucho más ricas. Seguro.
Aprovecha que enciendes el horno y llena la bandeja de boniatos. Podrás disfrutar de esta receta o de otras, o simplemente comerlos así, tal cual. No te arrepentirás.
Con la ayuda de tu Thermomix o de una batidora potente, tritura azúcar y conviértelo en azúcar glas. Guárdala en un bote y úsala cuando la necesites. Es práctico y mucho más barato que si la compras.
La miel de caña es un producto muy típico de Málaga. La fabrican en un pueblecito precioso (¡tenéis que visitarlo!) llamado Frigiliana. Es la que coméis con las berenjenas fritas en muchísimos lugares de Andalucía. La encontrarás fácilmente en cualquier supermercado o gran superficie.
La matalahúga o anís verde no es imprescindible para estas delicias de batata y coco. Pero yo siempre le añado una cucharadita bien machacada en el mortero. Le da un toque muy, muy especial. Y de lo más navideño. Podéis conservar la que os sobre mucho tiempo en la despensa y usarla en múltiples recetas.
Si andas mal de tiempo, puedes cocer las batatas en vez de hacerlas al horno. Si lo haces en una buena olla exprés, las tendrás en unos 10 minutos solo. Esta es la que yo uso, muy, muy eficiente, rápida y segura (¡sin duda de las mejores compras que he hecho!):
Para hacer 24 delicias de batata necesitaréis muy pocos ingredientes:
1 boniato mediano (de unos 350 g) bien limpio.
75 g de coco rallado.
1 cucharadita de vino dulce de Málaga (o 1/2 de esencia de vainilla si van a comer niños).
2 cucharadas de azúcar glas.
1 cucharadita de miel de caña.
1 cucharadita de matalahúga o anís verde (opcional).
12 mini cápsulas de trufas.
1º. Precalienta el horno a 200 grados con calor arriba y abajo y pon las batatas limpias durante 50 minutos o hasta que al pincharlas con un tenedor o una brocheta veas que el interior está tierno. Reserva.
2º. Cuando esté fría la que vayas a usar, quítale la piel y los extremos (tienen unos hilos que no nos interesan) y machácala con un tenedor hasta obtener un puré. Añade una cucharada de azúcar glas (unos 15 g), una cucharadita de vino dulce de Málaga o 1/2 de esencia de vainilla, 60 g de coco rallado, una cucharadita de miel de caña, la matalahúga triturada y remueve bien hasta mezclar todos los ingredientes.
3º. En un cuenco pequeño, mezcla el coco rallado restante con la otra cucharada de azúcar glas.
4º. Haz bolitas de unos 10 g (una cucharadita pequeña) y rebózalas con la mezcla de coco y azúcar. Ponlas en cápsulas de trufa. Refrigera hasta que las consumas. Con el frío se pondrán más consistentes. ¡Y de un día para otro están buenísimas! Prueba a hacerlas para estas navidades: triunfarás seguro con una receta tradicional pero de lo más resultona. Y si alguno de tus invitados es vegano, ¡ya tienes el postre perfecto!
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