Una dieta equilibrada, no suele ser una disruptiva. El mayor sedentarismo de nuestra sociedad, junto con la rentabilidad de los productos procesados son el verdadero problema. Ambas cosas dependen de la decisión del consumidor. Es cierto que el sedentarismo viene en su inmensa mayoría por el trabajo, lo cual es un elemento difícil de modificar. Pero lo segundo muchas veces es una decisión personal y algo que se puede cambiar. El ajuste nutricional a nuestro gasto de energía es una correlación directa. Si se consume, en calidad o cantidad, alimentos que sobrepasan nuestro gasto medio la salud empeora. El proceso de compra físico está específicamente diseñado para motivarnos a adquirir aquellos productos más rentables pero menos aconsejables. Un comportamiento disciplinado de compra en físico o las opciones online son las mejores opciones para evitar las tentaciones.
Un buen ajuste calórico y nutricional, una vez evitadas las tentaciones, tiene un impacto muy serio en nuestro organismo. Mas allá de la simple pérdida de peso, que también se da: disminución de la presión arterial, sentimiento de fatiga, menor irritabilidad, mayor saciedad y menor ansiedad por la comida; son lo más evidentes. Un surtido amplio de productos, variado, no sólo es una gran oportunidad para encontrar los mejores precios, también permite una mayor adaptabilidad a nuestros propios hábitos. La consulta con un profesional o una autoreflexión sincera es la mejor vía para poder aprovechar uno de los mayores catálogos online de productos y exprimir al máximo la ventaja.