Promueve la longevidad Para esto cuenta con un componente vital, el resveratrol, un antioxidante muy potente, usado hoy en día en diversas cremas y productos anti edad de venta en el mercado.
Combate el sedentarismo Es decir, que ayuda a contrarrestar eficazmente los efectos negativos de una vida sedentaria sobre el organismo, esto gracias al resveratrol, ahora, “no te tumbes a la bartola” con una botella de vino esperando que esta haga el trabajo sucio, no, de eso nada, El resveratrol no es un sustituto del ejercicio, pero puede disminuir el proceso de deterioro en caso de que un individuo se vea obligado a guardar reposo.
Reduce el riesgo de ataques al corazón manteniendo en forma nuestro sistema cardiovascular Ya que es vasodilatador, este efecto es dependiente del endotelio (dependiente de óxido nítrico), esto quiere decir que, ayuda a la expansión de nuestros vasos sanguíneos motivando la presión de flujo de la sangre y así mejora el riego sanguíneo, previniendo el riesgo de cardiopatías coronarias, en su mayoría gracias a los vinos tintos y a sus componentes como los polifenoles, quercitinas y el resveratrol, aunque otros científicos lo acusan a los taninos, que contienen procianidinas, que también pueden tener efectos beneficiosos adicionales sobre la morbilidad.
Disuelve las grasas y combate la obesidad Sin duda alguna, ayuda a eliminar las grasas existentes en nuestro organis mo, pero so no solo eso, sino que también activa el gen SIRT1, que impide la formación de nuevas células de grasas y reduce la obesidad, evitando así la aterosclerosis, ya que también evita el endurecimiento de las arterias e inhiben la coagulación, por eso lucha contra el sobrepeso a medida que envejecemos, a pesar de que el alcohol posea 7 calorías por gramo. Existen estudios, que en países como Italia, España o Francia, países con un altísimo consumo de grasas animales (embutidos, quesos,…) son países que poseen muertes por afecciones coronarias muy por debajo de la media mundial gracias a que sus habitantes tienen la costumbre del consumo de vino en las comidas.
Evita la caída de los dientes Efectivamente, existen estudios científicos que afirman la efectividad de una antigua costumbre de hacer curas de encías infectadas, con vino, ya sea vino blanco o tinto, los dos contienen agentes que frenan el crecimiento de los estreptococos en la boca, estas bacterias son vinculadas estrechamente a la producción de caries, además combate la gingivitis y al dolor de garganta, “ya sabe, tómese una cuchara de blanco por las m añanas y otras dos de tinto con las comida y la cena”.
Es anticoagulante y bueno para el cerebro Por distintas razones, ya que mejora la función cognitiva y la agilidad mental, no contento con eso, evita el deterioro cognitivo repeliendo así las posibilidades de tener problemas de demencia, eso sí, es una locura pasarse con la dosis.
Combate los tumores y el cáncer Gracias al resveratrol, tiene la capacidad de inhibir el crecimiento de células tumorales, como el de próstata, el de mamas o las leucemias. Estudios científicos recientes en pacientes con cáncer que son sometidos a tratamiento de radioterapia, si consumen un solo vaso de vino al día, el riesgo que tienen de sufrir una toxicidad importante en la piel es de un 75% menor que en los no bebedores y 45% de bebedores reducen las probabilidades de cáncer de colon contra los que no consumidores.
Reduce el riesgo de la diabetes tipo 2 Los bebedores de vino, poseen un 30% menos de posibilidades de contraer este tipo de diabetes frente a los no bebedores según un estudio realizado en el año 2005 en 369,862 individuos.
Colabora con el sistema digestivo Directamente actúa sobre la digestión ayudando la disolución de los alimentos, favoreciendo además a combatir las enfermedades que complican los procesos digestivos ya que actúa como antiséptico contra los microbios que provocan dificultades durante la ingesta de alimentos.
Ayuda a la vista El vino tiene efectos positivos sobre la degeneración macular que puede causar cataratas y otras enfermedades en la vista, sobretodo en personas mayores.
Además de lo mencionado, componentes como, el resveratrol, la quercetina, o los flavonoides (que son los más estudiados del vino), han demostrado con la ciencia de su parte, una infinidad de efectos positivos en el organismo humano, e inciden directamente en la cardiopatía isquémica, algunos tipos de cáncer, enfermedades cerebrales, problemas en el sistema neurológico, entre otros tantos.
Visto así, además de las recomendaciones médicas sobre el consumo moderado y las estadíticas, está claro que es más saludable beber un par de copas de vino al día que no beberlas, así que ya sabes, ahora tienes un excusa con base científica para beberte esa copita de vino mientras comes.
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