Hoy os traigo una ensalada con todos los sabores del América del Sur: patatas, aguacate, tomate, pepino y cebolla roja.
Es un plato muy refrescante y colorido, llenito de vitaminas y antioxidantes. La clave está en triturar muy bien el aguacate con la batidora para que quede una salsa cremosa que bañe muy bien las patatas.
Aunque es un plato muy veraniego, no he podido resistir la tentación de hacerlo ahora, en pleno invierno. Necesita un plus de energía al estar un poco acatarrada y creo que me he cargado bien las pilas.
Para 6 personas (llena mucho):
4 patatas medianas
1 pepino
2 aguacates
1 cebolla roja
1 tomate
aceite de oliva virgen extra
1 limón
sal
Se ponen las patatas en una olla con abundante agua salada (yo le pongo también un diente de ajo sin pelar y una hoja de laurel, le da muy buen sabor a las patatas cocidas), lavadas y sin pelar. Se cuecen durante 20 minutos, aproximadamente, hasta que al pinchar estén tiernas pero firmes.
Se escurren del agua, se dejan enfriar, se pelan y se pican en dados no muy grandes.
Se pone en el vaso de la batidora la pulpa de aguacate extraída con una cuchara -yo usé aguacate y medio-, medio tomate picado, media cebolla picada, zumo de limón al gusto, 1 cucharada sopera de aceite de oliva y sal:
Se bate bien hasta que quede una salsa muy cremosa y lisa.
Se pica el otro medio tomate, la otra media cebolla, el pepino en daditos y se añade a la fuente con las patatas picadas. Se agrega la salsa de aguacate y se remueve todo muy bien, como si fuera una ensaladilla rusa.
Se espolvorea con cebollino picado y se consume de inmediato.