En algunas recetas he leído por parte de los griegos la explicación del por qué está tan sabrosa esta ensalada. Es por no perder ningún tipo de jugo en su preparación y para ello no usan tabla, sino que lo cortan todo a mano encima del bol. No queda nada en la tabla y al no ser el corte tan limpio y fino, esto ayuda a que los jugos salgan y se mezclen, quedando una ensalada deliciosa.
3 tomates maduros pero enteros y grandes
1 pepino mediano
1 cebolla morada en juliana
1 pimiento verde en aros
½ pimiento rojo en trozos grandes
1 puerro a trozos a gusto del consumidor
Un puñado de aceitunas griegas Kalamata
Orégano fresco al gusto
1 cucharada de orégano seco
Sal y pimienta al gusto
Aceite de oliva virgen extra, unas 4 ó 5 cucharadas
Un chorrito de limón
150 g. de queso Feta
Listo, nos ponemos a cocinar. Antes que nada lavamos y secamos todas las hortalizas.
Los tomates los vamos a cortar a gajos y los pepinos, en cuartos longitudinalmente y luego a trozos.
Colocamos todas las hortalizas y las aceitunas en el bol y rociamos con el aceite de oliva virgen extra, añadiendo sal, pimienta molida y los dos oréganos. Dejamos reposar en la nevera como ½ ó 1 hora.
15 ó 20 minutos antes de comer, la sacamos de la nevera y añadimos el limón, poquito un chorrito, no más y el queso. Mezclamos y rectificamos de sal, pimienta, etc. ¿Qué decir? Que la magia entra nuevamente en mi cocina y se hace ensalada. Fantástica. Así que nada, Besos a todas, a todos, besos a, en resumen, besos.