Dicen que estamos en otoño pero esa estación prácticamente ya no existe. Más bien debería llamarse (como dicen por ahí) "veroño", por las altas temperaturas y la escasez de lluvia que estamos padeciendo (flora y fauna en conjunto).
Dentro de unos días o semanas seguro que viene el frío de golpe, sin transición alguna. Y no, no estoy en plan pesimista, estoy reflejando lo que está pasando en estos momentos.
Y para desequilibrar aún más la situación, algunos descerebrados (¡porque de verdad que no sé como llamar a esta gente!) han provocado una ola de incendios en el noroeste de la península que ha arrasado miles de hectáreas de Galicia, Asturias y Portugal. Millones de árboles, animales, plantas, casas... e incluso personas han sido calcinadas a consecuencia de estos fuegos.
Lamento tocar este tema por aquí, pero es que me afecta mucho. Sé de primera mano, porque lo he vivido, que un incendio tarda unas horas en arrasar todo el bosque, y lo que ha sido destruído en tan poco tiempo, no se recupera hasta pasados 20 años o más.
Por todo ello, pienso que el Gobierno debería estar más comprometido con mantener a salvo la (poca) naturaleza que nos queda, priorizando la limpieza y mantenimiento de bosques (lo que conllevaría más creación de empleo) y otorgando más presupuesto a la prevención y educación sobre la preservación del medio.
Y, por supuesto, intensificando las leyes para toda esa gente que provoca los incendios intencionadamente.
Y, por último (y ya termino), no permitiendo recalificar zonas quemadas de bosque en zonas urbanas, de esta manera evitaríamos todas las tramas y especulaciones que existen detrás de la mayoría de estos actos con el único fin de lucrarse unos pocos a expensas de destruir el planeta.
"Nosotr@s estamos de paso, el planeta no"
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Bueno, y por fin la receta súper sencilla, deliciosa y nutritiva que contiene verduras de temporada como el boniato y variedad de lechugas. La acompañamos de tomates secos y una salsa de yogur y hierbabuena. Bon profit!
Ensalada otoñal de alubias
INGREDIENTES (2-3 personas)
Hojas frescas de lechugas (maravilla, hoja de roble, romana, batavia...)
1 boniato grande (con calabaza también quedará genial)
2 dientes de ajo
6-7 tomates secos en aceite
150 gr. de alubias blancas cocidas y escurridas
Sal marina / Himalaya
Pimienta negra recién molida
Aceite de oliva (de primera presión en frío)
Para la salsa de yogur y hierbabuena:
Un puñado de anacardos crudos
Un ramillete de hierbabuena fresca
Agua fría
1 limón
Sal marina / Himalaya
Pimienta negra recién molida
Aceite de oliva (de primera presión en frío)
ELABORACIÓN
Es tan sencillo que apenas necesita explicación...
Remoja los anacardos en agua unas 4-6 horas. Pasado este tiempo, escurre el agua, enjuaga y tritura con la batidora/ procesadora junto con el zumo del limón, pizca de sal, pimienta, aceite de oliva y un chorrete de agua fría, hasta obtener una salsa fina y suave. Aligera con un poco más de agua e introduce las hojas de hierbabuena limpias. Vuelve a triturar un poquito más. Reserva en la nevera.
Pela y trocea el boniato. Saltea en una sartén con una cucharada de aceite y los dos dientes de ajo hasta que comience a dorarse. Apaga el fuego y deja que se temple.
Aliña las alubias con un poco de sal, pimienta y aceite de oliva. Remueve despacio para que no se deshagan.
Para montar el plato, coloca unas hojas verdes a un lado o en el fondo del plato. Seguidamente, las alubias, encima el boniato templado y el tomate seco troceado. Aliña con la salsa de yogur y hierbabuena.
Disfruta del momento, disfruta de tu comida...
Fuente: este post proviene de La Cazuela Vegana, donde puedes consultar el contenido original.
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