No me voy a enrollar más, que la mesa ya está puesta y esta es la segunda ronda.
Comenzamos con un cóctel de marisco, un clásico donde los haya que no puede faltar en ninguna mesa navideña. Este es súper vistoso porque va servido en la propia piña y, además, la combinación dulce de la fruta con la salsa y el marisco es tan especial que creo que os va a encantar. Solo necesitaréis piña y el marisco que más os guste. En esta ocasión yo usé langostinos cocidos y un poco de surimi que se mezclan con la pulpa de la piña troceada y un par de cucharadas de mayonesa. Sencillo y apañado porque se puede quedar preparado desde por la mañana.
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Como la cosa es complicarse lo menos posible, la siguiente aportación, en palabras de su autora, es tan complicada como abrir un par de latas. Se trata de unos espárragos rellenos de caviar de oricios. Aquí, lo más difícil es saber qué son los oricios, pero ya os lo voy a aclarar yo que acabo de buscarlo en la wikipedia: seguramente los conocéis mejor con el nombre de erizos de mar. Aunque parezca sorprendente, su consumo está muy extendido en Japón (¿por qué será que no me sorprende?), pero también en Francia y en nuestra costa cantábrica.
La preparación es muy sencilla, solo tienes que cortar los espárragos a lo largo y luego lo rellenas con el caviar de oricios. Esta combinación es totalmente deliciosa.
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Y ya que estamos untando, vamos a continuar con un paté. Un paté de centollo, pero que nadie se me asuste porque no es carísimo porque ¡¡es falso!! A ver, el paté no es falso, pero no lleva centollo aunque es paté de centollo. Ay, qué lío. A ver si me explico: triturando surimi, mejillones, huevos cocidos y mayonesa conseguimos un paté -que no es paté porque no lleva hígado- de centollo -pero sin centollo. Por si estáis muy confusos, mejor ID A VER LA RECETA COMPLETA AQUÍ.
Las uvas con queso, saben a beso. Pues besos en forma de bolitas os traigo ahora. Si compráis demasiadas uvas para el día de nochevieja, podéis aprovechar las que no vayáis a tomar en las campanadas para hacer estas bolitas, mezclando las uvas con queso gorgonzola (es un queso azul italiano con un toque ligeramente dulce) y rebozándolas de pistacho picado. Un bocado ideal.
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Yo soy muy amante de las ensaladas. Me niego a considerar una mesa completa si le falta su buena ensaladita. Esta es muy festiva porque lleva bacalao entre sus ingredientes (que habrá que desalar y cocer con cierta antelación para permitir que se enfríe), además de las lechugas y por su vinagreta a base de mango, aceite de oliva y vinagre.
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Yo como ya os he dicho que soy muy amante de las ensaladas y pienso que pueden casar perfectísimamente en estas celebraciones en las que nos excedemos con la comida, dejadme que os invite a probar esta. Se trata de una ensalada de queso azul y peras en hojaldre, muy vistosa que se acompaña de unas deliciosas peras en hojaldre. Lo más complicado es envolver las peras en hojaldre y hornearlas, pero se puede hacer, incluso, el día anterior o por la mañana, para montar luego la ensalada en el momento de consumirla.
El dulzor de la pera contrastará perfectamente con el sabor fuerte del queso azul. Además de esto, una buena base de lechugas variadas y un tomate troceado para conformar una ensalada de lo más bonita ¡¡y rica!!
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Espero que, con estas sugerencias, pongáis vuestras mesas llenas de aperitivos bien ricos, pero si buscáis más recetas navideñas, aquí tenéis una buena selección de platos navideños, tanto dulces como salados, para que podáis serviros a gusto. Pincha en la imagen para acceder a ellos:
Ahora sí puedo decir, ¡¡felices fiestas!!